
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha dejado clara su intención de no ceder en su papel como líder rotativo del Mercosur sin antes alcanzar un acuerdo comercial definitivo con la Unión Europea. En una reciente conferencia de prensa en París junto a Emmanuel Macron, enfatizó la importancia de concretar este pacto tan esperado.
Lula, quien se encuentra en una visita de casi una semana en Francia, hizo un llamado al mandatario francés para que abra la puerta a la posibilidad de ratificar el tratado comercial que ha sido objeto de férrea discusión y resistencia por parte de Francia, que se comprometió a poner obstáculos a su aprobación.
El acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea había sido sellado a finales del año pasado, aunque estuvo marcado por las airadas objeciones de Macron, quien había calificado previamente los términos del pacto como "inaceptables". Sin embargo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había adelantado el diálogo en una cumbre en Uruguay para revisar los avances en las negociaciones.
El temor de Francia radica en garantizar que las normas que regulan a las empresas del Mercosur se alineen con los estándares sanitarios y medioambientales europeos. Este desacuerdo ha hecho que Francia se mantenga como uno de los mayores opositores a la firma del acuerdo.
Después de más de dos décadas de negociaciones, Lula destaca que este acuerdo ofrece una ventana de oportunidad para que tanto la Unión Europea como el Mercosur se adapten a un mercado global señalado por la competencia feroz de potencias como China y los desafíos arancelarios impuestos por EE.UU.
El presidente brasileño ha señalado que un acuerdo exitoso podría ser la respuesta adecuada a las tensiones del proteccionismo global, reactivando la postura comercial de ambas regiones. Para Brasil, que lidera la economía del Mercosur, este avance significaría un fuerte impulso para su sector agrícola.
Lula aspira a finalizar estas negociaciones en diciembre, durante una cumbre con los líderes del bloque, añadiendo que, de ser aprobado, el tratado se convertiría en el más grande jamás firmado por cualquiera de las partes.
Durante su estancia en Francia, que incluye paradas en ciudades como Lyon y Niza, Lula también participará en una cumbre sobre la protección de los océanos, en colaboración con el presidente Macron. Este encuentro refleja su intención de reconstruir relaciones diplomáticas deterioradas en los años previos bajo la administración del exmandatario Jair Bolsonaro.
Macron considera a Brasil un socio esencial entre las economías emergentes, resaltando su papel como una de las democracias más robustas del mundo y subrayando su perspectiva más mesurada en la política exterior. Lula, por su parte, ha identificado a Francia como el aliado más cercano de Brasil dentro del contexto occidental.
A pesar de la buena sintonía entre ambos líderes, no evitarán tocar temas más amplios que el Mercosur, como la guerra entre Rusia y Ucrania, un asunto delicado donde Macron ha mostrado un firme apoyo a Kiev, mientras que Lula ha buscado mantener un equilibrio en sus relaciones con ambas naciones involucradas en el conflicto.
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