El presidente francés ha expresado su firme condena ante el reciente robo de valiosas joyas del periodo napoleónico, que tuvo lugar en el icónico Museo del Louvre este domingo. En un contundente mensaje a través de la red social X, calificó el suceso como "un ataque directo a un patrimonio cultural que estimamos profundamente, ya que forma parte de nuestra historia". Además, prometió que se llevarán a cabo todos los esfuerzos necesarios para recuperar las piezas y que los responsables enfrentarán las consecuencias legales correspondientes.

En su declaración, el presidente enfatizó la importancia de proteger este legado histórico, destacando el relanzamiento de un programa de seguridad denominado Louvre Nouvelle Renaissance, implementado desde enero. "Este plan contempla medidas de seguridad robustas que garantizarán la preservación y salvaguarda de nuestra memoria cultural", añadió, subrayando el compromiso del gobierno por mantener la integridad de uno de los museos más visitados del mundo.

El robo, que ha resultado en el cierre temporal del museo, ha desencadenado una investigación por parte de la Fiscalía de París. Las autoridades indagan sobre una supuesta "organización delictiva" involucrada en el atraco, según un comunicado de Franceinfo. La fiscal Laure Beccuau ha revelado que se busca a un grupo de cuatro individuos como posibles autores del delito.

Según informes de la policía, los delincuentes llegaron al Louvre en motocicleta y utilizaron un montacargas para acceder a la Galería de Apolo, donde se encontraban las joyas. Una vez allí, emplearon motosierras para romper los cristales de exhibición y sustraer las piezas antes de huir del lugar. Las joyas robadas incluyen tiaras, collares, pendientes y un broche, tanto de la reina María Amelia como de la emperatriz Eugenia, aunque el Ministerio de Cultura las ha catalogado como de "bajo valor".

Entre las piezas, también se encuentra la corona de la emperatriz Eugenia, que fue hallada dañada en las cercanías del museo. Además, la Fiscalía ha confirmado el descubrimiento de otra joya en la escena del crimen, aunque no han proporcionado detalles sobre su identidad. Cabe destacar que el famoso diamante Regente, considerado el más grande de la colección con más de 140 quilates, no fue parte de las piezas sustraídas.

Este lamentable incidente no solo resalta la fragilidad del patrimonio cultural, sino que también pone de manifiesto la necesidad apremiante de mejorar la seguridad en los espacios públicos dedicados a la historia y el arte, asegurando así que futuras generaciones puedan seguir disfrutando de nuestro legado colectivo.