El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha declarado que cualquier acuerdo futuro debe tomar en cuenta las "nuevas realidades territoriales" que han surgido. Esta afirmación se produjo tras una extensa conversación telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron, donde los líderes discutieron las crecientes tensiones en Oriente Próximo y la situación del conflicto en Ucrania.
Durante la charla, que se prolongó por más de dos horas, Macron reiteró el compromiso de Francia de apoyar la soberanía de Ucrania y expresó su deseo de que Rusia acepte pronto un alto el fuego. Este conflicto se intensificó después de que Putin ordenara la invasión de Ucrania en febrero de 2022, un acto que ha condenado repetidamente el Elíseo.
Desde el Kremlin, Putin argumentó que la situación actual es resultado de las políticas occidentales que, durante muchos años, ignoraron las preocupaciones de seguridad de Rusia. Según el mandatario ruso, estas políticas han llevado a una prolongación del conflicto y a una mayor entrega de armamento a las fuerzas ucranianas.
Putin enfatizó que cualquier "solución pacífica" a la guerra dependerá de la resolución de las causas subyacentes del conflicto. Con esto, dejó claro que Rusia no se plantea renunciar a las zonas que actualmente controla en el este de Ucrania, lo que añade un nuevo obstáculo a las negociaciones de paz.
El diálogo también tocó el tema de Irán, en el que ambos líderes coincidieron en su responsabilidad como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Macron destacó la necesidad de que Irán cumpla con sus compromisos, lo que incluye una cooperación plena con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Macron expresó su deseo de encontrar una "solución diplomática" que aborde las inquietudes sobre los programas nucleares y armamentísticos de Irán, así como su influencia en la región. Sin embargo, ninguno de los dos mandatarios cuestionó directamente las acciones militares llevadas a cabo por Israel y Estados Unidos en la zona.
Pese a las tensiones, Putin también abogó por la diplomacia en la resolución de estos conflictos, subrayando que Teherán tiene el "derecho legítimo" a desarrollar su industria atómica para usos pacíficos. Las autoridades iraníes han sostenido que su programa nuclear no tiene fines militares, aunque un reciente informe del OIEA indica que han acumulado más de 400 kilos de uranio enriquecido, lo que genera más inquietudes a nivel internacional.
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