El gobierno español se enfrenta a una serie de crisis diplomáticas con distintos países, entre ellos México, Venezuela, Argentina, Israel y Argelia. La no invitación del Rey Felipe VI a la toma de posesión de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha generado tensiones adicionales en este difícil panorama.
Sheinbaum justificó su decisión de invitar al presidente Pedro Sánchez en lugar del monarca, basándose en la falta de respuesta a una carta enviada por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, en la que se planteaba la necesidad de reconocer los agravios causados durante la Conquista.
Esta falta de respuesta, sumada a acusaciones de saqueo por parte de autoridades y empresas españolas en México, ha llevado a López Obrador a decretar una "pausa" en la relación bilateral desde febrero de 2022. El mandatario respalda la decisión de Sheinbaum, destacando la importancia de una disculpa por parte de España.
En paralelo, Venezuela ha llamado a consultas a su embajadora en Madrid en respuesta a comentarios de la ministra de Defensa española sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Esta situación se suma a tensiones con Argentina, Israel y Argelia, cada una con sus propias particularidades y consecuencias.
En el caso de Argentina, el retiro de la embajadora española se dio tras un enfrentamiento verbal entre el presidente de Argentina y la esposa del presidente del Gobierno español. Las tensiones con Israel, por su parte, se han relacionado con la postura española frente a la ofensiva militar en la Franja de Gaza.
La crisis con Argelia es la más prolongada, marcada por desacuerdos en torno al Sáhara y la suspensión de acuerdos bilaterales. A pesar de algunos intentos de reconciliación, la relación entre ambos países sigue siendo tensa, con repercusiones políticas y comerciales.
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