En un reciente incidente que ha sacudido al mundo del arte, el ministro de Justicia francés, Gerald Darmanin, admitió este lunes que hubo fallos significativos en la seguridad del Museo del Louvre tras un robo impresionante de varias joyas imperiales de Napoleón y su esposa, Josefina. Este alarmante suceso, ocurrido el domingo, obligó a cerrar el icónico museo en el corazón de París.

Darmanin no se tomó a la ligera las implicaciones del robo y declaró a France Inter: "Es evidente que hemos fracasado. Se produjo un robo en pleno centro de París, donde los perpetradores aparcaron un elevador de muebles y accedieron a valiosas joyas en cuestión de minutos." Estas palabras subrayan la seriedad de la situación, la cual, según él, proyecta una imagen desafiante para Francia.

El ministro resaltó la importancia de investigar a fondo cómo se llevó a cabo el asalto, el cual tuvo lugar a plena luz del día. "Es mejor dejar que las autoridades competentes determinen si hay una red bien organizada detrás de esto", puntualizó, comprometiéndose a que se tomarán medidas adecuadas y asumiendo su parte de responsabilidad en el asunto.

Reconociendo la riqueza cultural que alberga París, Darmanin cuestionó por qué los cristales que protegían las joyas no estaban asegurados. Esta revelación se produce en un contexto en el que el presidente Emmanuel Macron ha manifestado que este acto representa un "ataque directo a nuestro patrimonio", promesas de recuperar las piezas robadas incluidas.

Macron hizo hincapié en la necesidad de reforzar la seguridad de instituciones como el Louvre, alineándolo con el ambicioso proyecto Louvre Nouvelle Renaissance, lanzado en enero. Este plan incluye medidas de seguridad mejoradas que buscan garantizar la preservación y protección del vasto legado cultural de Francia, mientras la Fiscalía investiga el caso por "robo organizado" y "conspiración para delinquir".