
La situación de deterioro en la Franja de Gaza está alcanzando niveles alarmantes, especialmente entre la población infantil. Las duras condiciones de vida, sumadas a un contexto de constantes ataques y a la escasez de ayuda humanitaria, están generando crisis sanitarias severas en los más pequeños, quienes son los más vulnerables ante esta adversidad.
En un reciente comunicado, la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha señalado que la llegada del invierno a esta región podría intensificar el riesgo de contagio de diversas enfermedades entre la niñez, como infecciones cutáneas, respiratorias, sarna, y diarrea aguda, así como infecciones víricas, poniendo en particular peligro a los recién nacidos y niños pequeños.
A medida que las temperaturas descienden, las condiciones de vida se vuelven aún más extremas. Familias completas se ven obligadas a vivir hacinadas en tiendas de campaña o bajo lonas de plástico, un escenario que se ha vuelto habitual desde que comenzó esta prolongada guerra. Esta falta de espacio y dignidad está abriendo la puerta a serios problemas de salud que ya afectan a los menores y que podrían intensificarse con el invierno.
Entre junio y octubre de 2024, más de 3.400 bebés y niños menores de cinco años fueron tratados en el área de pediatría por los equipos de MSF. Alarmantemente, se reportaron que un 22% de estos casos eran de diarrea y casi un 9% de meningitis, revelando así un panorama preocupante para la salud infantil en Gaza.
El pediatra Mohamed abu Tayem, quien trabaja en el Hospital Nasser, explica que "estamos tratando a niños con enfermedades infecciosas, respiratorias y cutáneas. Antes de la guerra ya observábamos estas afecciones, pero ahora son mucho más frecuentes, y las cifras no dejan de aumentar", enfatizando la gravedad de la situación actual.
En el mismo periodo, se registraron casi 170 recién nacidos menores de un mes que necesitaban atención urgente por infecciones respiratorias, así como más de 10.800 niños de entre 1 y 5 años que acudieron a emergencia por problemas similares. Además, se han documentado 459 casos de neumonía en este grupo etario, lo que subraya la presión sobre el sistema de salud local.
La crisis también se ve amplificada por la escasez de suministros médicos en los centros de salud y hospitales de Gaza, donde el hacinamiento y la falta de acceso a agua potable, saneamiento e higiene son un desafío diario. La combinación de estas variables está exponiendo a los niños a un creciente riesgo de enfermedades.
Los desplazamientos forzosos de la población contribuyen a la vulnerabilidad de los menores, ya que muchas madres se ven obligadas a recorrer largas distancias por caminos inseguros, a menudo llegando a los hospitales en condiciones de desnutrición. Esto se traduce en un aumento de complicaciones en el parto, especialmente en aquellos casos de bebés prematuros.
La reducción drástica de la asistencia humanitaria que llega a la Franja de Gaza ha tenido un impacto devastador en los más pequeños. Missionarios de MSF han detectado 314 casos de desnutrición aguda moderada y 203 de desnutrición aguda severa entre niños menores de cinco años, una clara señal del desastroso estado de salud infantil que persiste.
El pediatra Abu Tayem ha dejado claro que "la carencia de alimentos nutritivos afecta gravemente la salud y el desarrollo inmunológico de los recién nacidos y niños, haciéndolos más susceptibles a enfermedades infecciosas", un ciclo del que parece no haber fin en vista.
Yasmin, una madre cuyo hijo está recibiendo tratamiento en el Hospital Nasser, ha expresado su desesperación al no contar ni con pañales adecuados para su bebé. "Ni siquiera tengo ropa apropiada; he tenido que usar una bolsa de plástico, lo que pone en riesgo su piel ante infecciones y erupciones", lamenta con tristeza.
Yasmin pasa la mayor parte de su tiempo en el hospital, debido a que su hijo "siempre está tosiendo". Ella añade con congoja: "Mi hijo no ríe, no juega, no toma leche. Solo duerme todo el tiempo", lo que ilustra el impacto devastador que la situación tiene en la salud y el bienestar de los niños.
El Hospital Nasser representa una de las pocas unidades de maternidad que aún operan en Gaza. Según informes de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), de los 36 hospitales que funcionaban en el enclave palestino, solo 17 permanecían operativos a un nivel parcial hasta el 19 de noviembre, dejando a muchas familias sin acceso a atención médica adecuada en un momento tan crítico.
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