El debate sobre la prostitución en España ha tomado un nuevo giro tras las recientes afirmaciones del secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, quien cuestiona la inminente propuesta del PSOE para abolir esta práctica. Fernández sostiene que la iniciativa solo busca limpiar la imagen del partido por los escándalos que han salpicado a algunos de sus exdirigentes, a quienes se les vincula con actividades de prostitución.

Durante una entrevista con Europa Press, el líder de Podemos recordó que una propuesta similar fue presentada anteriormente por el PSOE, que culminó en su rechazo en el Congreso. Esta cita, donde José Luis Ábalos apoyó la iniciativa, resalta la falta de coherencia en la posición actual del partido socialista, lo que Fernández calificó como "elocuente y revelador".

El contexto de esta crítica no es menor. Tras la difusión de audios que involucran a Ábalos y a su ex asesor Koldo García en situaciones relacionadas con mujeres prostituidas, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, anunció que en septiembre se someterá a votación un nuevo proyecto de ley. Fernández sostiene que este anuncio carece de profundidad y solo busca generar titulares en un momento de crisis de reputación para el PSOE.

Desde la óptica de Podemos, la abolición de la prostitución debería ir acompañada de políticas que garanticen derechos y oportunidades para todas las mujeres, especialmente aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Fernández enfatiza que la actual propuesta del PSOE no aborda las causas del proxenetismo ni contempla una verdadera regularización de las trabajadoras sexuales.

El líder de Podemos también critica la falta de voluntad del PSOE para abordar los problemas estructurales que enfrentan las mujeres en el país, considerando que el enfoque del partido socialista se limita a una simple reforma del Código Penal. Según él, esto no solo es insuficiente, sino que también omite "cuestiones centrales" necesarias para una solución integral al problema de la prostitución.

Fernández argumenta que la insistencia del PSOE en presentar esta legislación es un intento de desviar la atención de sus propios escándalos internos en lugar de un compromiso genuino con las políticas feministas. La aparente hipocresía de la situación, donde se busca abolir una práctica vinculada a figuras del partido, resulta contradictoria. "Es una aporía casi irresoluble", concluyó. Su afirmación refleja la creciente frustración dentro de su partido sobre cómo se está manejando el asunto y las expectativas de un cambio real.