En medio de crecientes tensiones en Europa del Este, las autoridades rusas han calificado la incursión de un dron en el espacio aéreo rumano como una "provocación" por parte de Ucrania. Este comentario surge tras la cita del embajador ruso en Bucarest, convocado para expresar formalmente el descontento por lo que consideran un incidente injustificado.

La Embajada rusa en Rumanía emitió un comunicado en el que señala que el Ministerio de Defensa rumano alertó el 13 de septiembre sobre la detección de un dron en su espacio aéreo, apresurándose a clasificarlo como ruso. Sin embargo, argumentan que no se proporcionaron pruebas concretas o relevantes sobre la verdadera identidad de la aeronave durante la reunión del embajador el domingo pasado.

Desde Moscú, se rechazó la actitud de Bucarest, afirmando que la falta de evidencias claras sobre la nacionalidad del dron llevó a considerar la protesta como "inverosímil e infundada". En este contexto, el embajador ruso reafirmó que los hechos apuntan a que, en realidad, se trató de una maniobra provocadora por parte del gobierno de Kiev.

Las declaraciones rusas enfatizan que Ucrania, ante la presión de un posible colapso militar, parece estar intentando arrastrar a otras naciones europeas a un conflicto más amplio. Aseguran que esta estrategia responde al miedo de rendir cuentas por las acciones violentas llevadas a cabo en el conflicto, que afecta tanto a los pueblos ruso como ucraniano.

Mientras tanto, las autoridades rumanas han mantenido su postura, afirmando que el dron efectivamente violó su espacio aéreo, tras lo cual enviaron aviones de combate F-16 para monitorear la situación. No obstante, han aclarado que el dron no representaba un riesgo para la población, ya que evitó sobrevolar áreas densamente pobladas.