Semana Santa en Sevilla: La Madrugá se reintegra tras el desplante de la lluvia, aunque con un contratiempo en Relator.

Una explosión de dos arquetas eléctricas ha perturbado la mágica madrugada del Viernes Santo en Sevilla, justo cuando miles de devotos se congregaban para presenciar las procesiones de las célebres hermandades. El evento tuvo lugar cerca de la confluencia de las calles Relator y Feria, y aunque causó cierta alarma y la evacuación de algunos asistentes, los daños fueron mínimos y solo se reportó una persona con heridas leves que no requirió hospitalización.
La escena, que de por sí iba a ser histórica, fue aún más relevante tras la frustrante Semana Santa del año anterior, cuando las lluviasForzaron a las hermandades a permanecer en sus templos. Este año, sin embargo, Sevilla vio recuperar sus tradiciones, con las cofradías de La Macarena, El Gran Poder, Esperanza de Triana, Los Gitanos, El Silencio y El Calvario desfilando hacia la Catedral, arrastrando un río de fe y fervor popular.
Aparte del incidente eléctrico, la celebración estuvo marcada por la presencia de la reina emérita, Doña Sofía, quien se unió a los miles de asistentes para disfrutar de una noche simbólica, pero no exenta de imprevistos. La hermandad de la Macarena tuvo que adaptar su recorrido, y otras cofradías, como la de Los Gitanos, experimentaron retrasos significativos en sus pasos procesionales.
La Madrugada comenzó con un ambiente de esperanza y espiritualidad. Desde la Iglesia de San Antonio Abad, la cofradía del Silencio inició su marcha con un solemne silencio, mientras el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, observaba el evento desde la 'palquillo' de La Campana, sosteniendo el pasado y el futuro de las tradiciones religiosas de la ciudad.
En ese mismo momento, la hermandad del Gran Poder comenzó su desfile, destacando por su imponente cortejo de 2.400 nazarenos, todos luciendo túnicas de luto. Este año, la celebración fue aún más significativa con la introducción de un nuevo terciopelo en los faldones, una obra maestra del artesano Jesús Rosado, que resaltó la dedicación de la hermandad a su tradición.
Por otro lado, la Macarena no se quedó atrás, comenzando su recorrido justo a la medianoche y presentando más de 4.300 cirios en su salida. 2025 será un año especial para ellos, ya que la Virgen de la Esperanza recibiría la Rosa de Oro del Papa Francisco, un honor que sitúa a esta cofradía en un lugar aún más exaltado dentro de la comunidad.
El Calvario también contribuyó al despliegue cultural de la noche, celebrando su salida con un palio recién restaurado que deslumbró a los asistentes. Al pasar por la Carrera Oficial, la hermandad trianera de la calle Pureza ofreció una muestra conmovedora de devoción, con más de 3.200 nazarenos en la procesión, mientras la Virgen se prepara para una visita especial al Polígono Sur en el marco del Año Jubilar.
Los Gitanos, además, cerraron la noche con su característico estilo, aunque no sin enfrentarse a los retrasos previamente mencionados. Este año marcó su 600 aniversario desde la llegada del pueblo gitano a España, y la festividad estuvo acompañada por un nuevo faldón de palio bordado que celebra esa rica herencia.
En un notable crecimiento reflejado en la participación de los nazarenos, las hermandades de Sevilla han visto un aumento significativo en sus filas este año. Las seis cofradías de la Madrugá sumaron más de 15.000 nazarenos en total, destacando a La Macarena, que repartió numerosas papeletas de cirio durante la Cuaresma, alcanzando casi 4.800 participantes en su cortejo.
El Nazareno del Silencio también se hizo notar, contando con alrededor de 1.200 hermanos, mientras que El Calvario se destacó con unos 850 nazarenos. En conjunto, esta Madrugada del Viernes Santo no solo revitalizó la fe de muchos, sino que también simbolizó un renacer para la tradición cofrade de Sevilla, demostrando que, a pesar de los imprevistos, la devoción y el espíritu comunitario perduran indomables.
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