En la mañana del 17 de enero, la península ibérica ha sido testigo de las heladas más severas del invierno, particularmente en las impresionantes cordilleras de Sierra Nevada y los Pirineos. Según el último informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), las temperaturas en varias localidades de la meseta norte han descendido por debajo de los -7ºC, reflejando el crudo avance del frío que ha afectado a numerosas regiones.

El récord de mínima más baja se ha establecido en Padrollano, una localidad del Parque Nacional de Sierra Nevada en Granada, donde en la madrugada, exactamente a las 05:20, se registraron alarmantes -12,4ºC, una señal evidente de las severas condiciones climáticas que enfrentan estas áreas montañosas.

A través de una publicación en la red social 'X', AEMET ha proporcionado detalles de otras ubicaciones que también han sentido el impacto de estas heladas extremas. En el Radiotelescopio de Granada, la temperatura alcanzó -10,4ºC. Otras mediciones también fueron significativas: Cap de Vaquèira en Lleida reportó -8,1ºC, mientras que Port Ainé, también en Lleida, vio el termómetro marcar -8ºC. En Salamanca, el pueblo de Pedrosillo de Los Aires experimentó mínimas de -7,7ºC, y Cap de Rec, en Lleida, registró -7,4ºC.

Las temperaturas han seguido cayendo en otros lugares como Valderrible y Cubillo de Ebro en Cantabria, que anotaron -6,7ºC, mientras que Morón de Almazán en Soria y Cerler, Cogulla en Huesca, se quedaron en -6,6ºC. Finalmente, en la Vall de Boi en Lleida, se reportó -6,5ºC, completando un panorama invernal que tiene a los ciudadanos en alerta ante las imprevisibles consecuencias del clima extremo.