Todo lo que necesitas saber sobre el cónclave: la elección del nuevo Papa tras el fallecimiento de Francisco.
MADRID, 22 de abril.
La reciente fallecimiento del Papa Francisco ha desencadenado la activación de un protocolo bien establecido en el Vaticano, diseñado para asegurar una transición fluida en la dirección de la Iglesia Católica. Este proceso culminará en el esperado Cónclave, donde se elegirá al sucesor del Pontífice. Las pautas que regulan esta etapa están delineadas en la Constitución Apostólica 'Universi Dominici Gregis', promulgada por Juan Pablo II y ajustada posteriormente bajo el mandato de Benedicto XVI.
A continuación, se detallan las etapas más relevantes del proceso, así como el papel crucial del Camarlengo y el funcionamiento del Cónclave que determinará al nuevo líder espiritual de la Iglesia.
En el instante en que se confirme el fallecimiento del Papa, el camarlengo, actualmente el cardenal Kevin Joseph Farrell, asume una función primordial. A las 20:00 horas del día de la muerte, se lleva a cabo el ceremonial de certificación, seguido de la colocación del cuerpo de Francisco en un ataúd, según un protocolo simplificado que fue implementado por el propio Papa.
A partir de ese momento, todos los encargados de los dicasterios de la Curia Romana cesan en sus actividades, con la excepción del camarlengo y el penitenciario mayor, quienes se encargarán de los asuntos corrientes en colaboración con el Colegio de Cardenales.
El Camarlengo tiene la responsabilidad de certificar la muerte del Papa, sellar su residencia y resguardar los palacios apostólicos. Durante la sede vacante, administra los bienes de la Santa Sede, aunque solo puede actuar en cuestiones ordinarias o urgentes bajo la supervisión del Colegio de Cardenales. Este no tiene el poder de modificar leyes papales ni tomar decisiones que correspondan al Pontífice.
La etapa conocida como sede vacante se refiere al periodo en que la silla de San Pedro queda desocupada. Durante este tiempo, el Colegio de Cardenales se encarga de gestionar las actividades cotidianas y preparar la elección del nuevo Papa, sin la capacidad de abordar temas doctrinales ni modificar la normativa eclesiástica.
El decano del Colegio Cardenalicio convoca a todos los cardenales de la Iglesia universal a Roma para participar en los funerales del Papa y debatir sobre el perfil del nuevo líder. Entre 15 y 20 días después del fallecimiento, se llevará a cabo el Cónclave, donde tendrán voz todos los cardenales menores de 80 años. Este evento se celebrará en la Capilla Sixtina, bajo estrictas reglas de confidencialidad, lo que prohíbe toda forma de comunicación externa y dispositivos de grabación, con la pena de excomunión para quienes lo infrinjan.
La elección se lleva a cabo a través de votaciones secretas: se realizan dos por la mañana y dos por la tarde. Para que un candidato sea elegido, debe recibir al menos dos tercios de los votos. Al obtener esta mayoría, se le consultará si acepta el cargo y qué nombre desea utilizar. Su respuesta afirmativa lo consagrará como el nuevo Obispo de Roma.
Cuando se indique el nuevo Papa, una fumata blanca dará aviso al mundo del cierre del Cónclave. Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, proclamará en latín: “Habemus Papam”, introduciendo al nuevo Pontífice ante la comunidad de fieles. La etapa de sede vacante finalizará con la elección del nuevo líder religioso.
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