En una reciente comunicación cargada de tensión, el expresidente de EE. UU., Donald Trump, ha advertido a las autoridades afganas sobre las posibles consecuencias de no devolver la base aérea de Bagram a su país. Este pronunciamiento se produce en un momento en el que las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán parecen atravesar una fase crítica.

Utilizando su plataforma Truth Social, Trump expresó: “Si Afganistán no regresa la base aérea de Bagram, de la que somos los creadores, pues se desatarán situaciones negativas”. Este mensaje deja entrever una postura beligerante y la intención de reforzar su propio legado de intervención en la región.

La inquietud de Trump surge tras su reciente anuncio de que su administración está trabajando para recuperar el control de la base, un lugar emblemático del despliegue militar en Afganistán que ha estado inactivo desde que los talibanes recuperaron el poder en agosto de 2021.

El expresidente subrayó que la base de Bagram, que considera una de las más importantes del planeta, había sido entregada “sin ninguna concesión” a los afganos. Durante una rueda de prensa en su visita a Reino Unido, mencionó las posibilidades de un intercambio con los talibanes, insinuando que “ellos necesitan cosas de nosotros”.

Es interesante notar que la base de Bagram fue inicialmente establecida por la Unión Soviética en los años cincuenta, aunque Estados Unidos la tomó bajo su control y la amplió considerablemente tras la caída del régimen talibán en 2001, extendiendo su infraestructura a lo largo de 77 kilómetros cuadrados.