En una declaración contundente hecha desde el 'Air Force One', el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto en jaque a Rusia al establecer un ultimátum de diez días para que se logre un acuerdo de alto el fuego en el conflicto con Ucrania. De no alcanzarse un entendimiento, el mandatario estadounidense ha anunciado su intención de imponer aranceles del 100% a los productos provenientes de Rusia y sus aliados comerciales.

Trump, quien ha dejado claro que desconoce la capacidad de Rusia para cambiar su rumbo bajo la influencia de nuevas sanciones, advirtió: “Diez días a partir de hoy. Después comenzaremos a aplicar estos gravámenes. No estoy seguro de cómo reaccionará Moscú, ya que parece que Putin está decidido a continuar con su ofensiva”.

Esta medida se produce en un contexto de creciente violencia en Ucrania, donde los ataques rusos han escalado reciente y drásticamente. Trump había otorgado a Moscú un plazo de 50 días que finalizaba el 2 de septiembre, pero ha decidido reducir ese tiempo significativamente debido al aumento de las hostilidades.

La respuesta de Ucrania llegó rápidamente, con su presidente, Volodimir Zelenski, elogiando la firmeza y la claridad de la posición de Trump en este asunto. Por el contrario, desde el Kremlin, la reacción fue más cautelosa, limitándose a "tomar nota" del ultimátum. Asimismo, el ex líder ruso Dmitri Medvedev, quien actualmente ocupa el cargo de vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, calificó las declaraciones de Trump como una "amenaza y un indicio de una escalada hacia el conflicto", reflejando las tensiones que persisten en la región.