
En la jornada del 16 de junio, Madrid se convirtió en el escenario donde Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y António Costa, presidente del Consejo Europeo, enfatizaron la importancia de evitar la incertidumbre económica en medio de tensiones comerciales. Ambos líderes se preparan para la cumbre del G7 que se llevará a cabo en Canadá, destacando la necesidad de un comercio estable y predecible como prioridad en estos tiempos críticos.
Durante una conferencia de prensa conjunta, Costa expresó su preocupación por los factores que podrían comprometer la base económica de la Unión Europea. “Ahora no es el momento para generar confusión en el comercio. Necesitamos enfocarnos en reforzar nuestra economía para asumir con firmeza nuestras responsabilidades en defensa,” indicó, subrayando la urgencia de fortalecer las estructuras económicas en lugar de distraerse con disputas adicionales.
Estas declaraciones de Costa se producen en un contexto delicado, donde la UE y Estados Unidos están inmersos en negociaciones ante la inminente amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 50% a productos europeos a partir del 9 de julio. Esta situación demanda una colaboración precisa para mantener la estabilidad del intercambio comercial más relevante a nivel global.
Costa enfatizó la necesidad de que Estados Unidos también refuerce su economía. “Proteger nuestra relación comercial es esencial, ya que es la más significativa a nivel mundial. Debemos enfocarnos en llegar a un acuerdo que asegure una carga equitativa en defensa, lo que, a su vez, cimentaría el camino hacia un comercio sólido,” argumentó.
Por su parte, Von der Leyen se alineó con este discurso, afirmando que “ante todo, prefiero una solución negociada con Washington”. La presidenta de la Comisión Europea insistió en la defensa de un comercio estable y predecible como una prioridad para la UE, reiterando la disposición del bloque a colaborar en el ámbito comercial.
La líder europea resaltó la importancia de que el G7 formule una respuesta a las prácticas comerciales nocivas que amenazan la salud económica global. “Es fundamental garantizar nuestra seguridad económica,” subrayó, destacando que el enfoque debe centrarse en una cooperación constructiva en lugar de en acciones que puedan desestabilizar economías ya frágiles.
En ese sentido, Costa reafirmó el compromiso de las instituciones comunitarias para abordar los desequilibrios económicos globales sin sacrificar los principios del comercio libre y justo. “Este comercio ha sido la base de la prosperidad que ha levantado a millones de personas de la pobreza a lo largo del tiempo,” concluyó, enfatizando un enfoque que busque equilibrar el crecimiento económico con la equidad global.
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