MADRID, 17 de junio.
El trágico saldo de víctimas tras el ataque aéreo llevado a cabo por las fuerzas israelíes el lunes sobre la sede de la televisión estatal iraní (IRIB) en Teherán ha ascendido a tres fallecidos, entre los cuales se encuentran dos empleados de la emisora.
Hasta el momento, se conocen los nombres de dos de las personas que perdieron la vida: el periodista Nima Rajabpour y la administrativa Masoumeh Azimi, según el reporte de Press TV, una fuente de noticias iraní. Ambos se hallaban en el edificio de IRIB cuando, alrededor de las 18:34 (hora local), el lugar fue impactado por al menos cuatro misiles.
El ataque fue transmitido en tiempo real, mostrando cómo la presentadora Sahar Emami interrumpía su programa para huir del estudio en medio de escombros y polvo que caían del techo. A pesar del caos momentáneo, la cadena logró reanudar brevemente sus emisiones.
El Ejército de Israel ha confirmado su participación en el ataque, argumentando que el edificio de IRIB estaba siendo utilizado como base por las fuerzas armadas de Irán para operaciones militares. En un comunicado publicado en su canal oficial de Telegram, se aseguró que el centro sirve para encubrir actividades bélicas bajo un prisma civil empleando sus propios recursos.
Antes del ataque, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmó que el objetivo era "atacar al régimen autoritario iraní en todos los flancos". En una declaración oficial, Katz indicó que el ataque a la radiodifusora, considerada como un vehículo de propaganda del régimen, fue resultado de una evacuación masiva en el vecindario aledaño.
Asimismo, las fuerzas israelíes habían instado a los residentes del llamado Distrito 3 de Teherán a abandonar la zona antes del ataque. En un mensaje urgente, el portavoz del Ejército en árabe, Avichay Adraee, advirtió a los ciudadanos que por su seguridad era necesario que desocuparan inmediatamente el área indicada en el mapa adjunto.
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