La violencia entre Irán e Israel ha vuelto a escalar dramáticamente. Este viernes, al menos tres personas han perdido la vida y más de 80 han resultaron heridas debido al lanzamiento de alrededor de 100 misiles por parte de Irán hacia diversas localidades en Israel. Este ataque es considerado una respuesta a los recientes bombardeos israelíes sobre varias instalaciones en territorio iraní, incluidas las sensibles instalaciones nucleares de Fordo, situadas en la provincia de Qom.

Entre los heridos, hay un hombre en estado crítico, y muchos de los afectados provienen de un edificio residencial de 32 plantas en Tel Aviv y la vecina Ramat Gan. Ynet, un medio local, ha informado sobre el suceso citando fuentes del servicio de ambulancias Magen David Adom (MDA) y testimonios de residentes del área.

Inicialmente, el MDA pudo confirmar 34 heridos, incluyendo a un varón y una mujer que lamentablemente se encuentran entre los fallecidos, así como otros cuatro heridos con lesiones moderadas que fueron trasladados a hospitales en Tel Aviv. Además, ha habido un número no determinado de personas atendidas por ataques de pánico debido a la situación caótica.

Un segundo ataque a un complejo residencial también ha llevado a la muerte de dos personas y ha dejado a otras 19 heridas, incluidas tres en estado crítico. Todos estos pacientes están siendo tratados en los hospitales de Shamir y Wolfson, cercanos a la capital.

La situación se ha vuelto más compleja con el anuncio de la Guardia Revolucionaria de Irán, que ha declarado el inicio de la operación "Verdadera Promesa III" como respuesta a las maniobras israelíes, tituladas "León Naciente", que tuvieron lugar en la madrugada y que atacaron instalaciones nucleares y la estructura militar de Irán.

Después de los ataques, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían aconsejado a la población permanecer en refugios, aunque posteriormente levantaron esta recomendación al considerar que los lanzamientos iraníes habían cesado. Sin embargo, las alertas de ataque aéreo se activaron en varios lugares a lo largo de la noche, indicando la posibilidad de nuevos drones iraníes en el espacio aéreo israelí.

Durante la noche, los misiles impactaron en diversas áreas de Israel, lo que provocó la destrucción de numerosos edificios y viviendas, intensificando aún más la crisis humanitaria. Previamente, las FDI también habían realizado ataques en territorio iraní, golpeando infraestructuras cruciales, lo que refleja la dinámica cada vez más tensa entre ambos países.

Entre los objetivos atacados por Israel se incluyó una instalación nuclear en Isfahán y bases militares en ciudades como Hamadán y Tabriz, donde, según informaron fuentes militares, se causaron daños significativos.