En una trágica violación de derechos humanos, al menos diez civiles palestinos han perdido la vida y muchos más han resultado heridos durante un reciente bombardeo llevado a cabo por el Ejército israelí este viernes en una zona residencial del noroeste de la Franja de Gaza, según informes de la agencia Wafa.
El ataque tuvo como blanco una vivienda familiar en el barrio de Sheij Radwan, una de las áreas que ha visto un incremento en su vulnerabilidad debido a las alertas por fuertes lluvias y el riesgo de inundaciones en la ciudad de Gaza, agravado por la situación conflictiva y el estado de infraestructura de la región.
Las autoridades gazatíes hicieron hincapié el pasado domingo en la "necesidad urgente de proporcionar tuberías y materiales para la reparación del sistema de drenaje en la cuenca de Sheij Radwan". Estas autoridades advirtieron que, de no recibir asistencia, se podría estar acercando a un desastre que pondría en peligro la vida de los residentes, muchos de los cuales ya están desplazados a causa del conflicto.
Este nuevo ataque se produce poco después de que el departamento de Protección Civil de Gaza, que opera bajo el gobierno del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), denunciara la muerte de al menos 75 personas en Beit Lahia, también como resultado de ataques israelíes en la zona.
Desde que Hamás lanzó una ofensiva sin precedentes contra territorio israelí el 7 de octubre, la situación ha escalado drásticamente: se han reportado cerca de 1.200 muertos en la parte israelí y 240 rehenes han sido tomados. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron al ataque con una amplia operación militar en Gaza, que ha dejado tras de sí un devastador saldo de al menos 44.363 fallecidos, incluyendo a importantes líderes del grupo islamista, y más de 105.000 heridos, de acuerdo con las cifras oficiales más recientes.
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