En una sesión reciente del Senado, Caridad Martín Palacios, exgerente de Desarrollo Rural y Política Forestal de Tragsatec, ha desmentido cualquier alegación que la vincule a órdenes relacionadas con Jésica Rodríguez, la expareja del político José Luis Ábalos. Su testimonio se centró en una serie de irregularidades que, según ella, rodearon el proceso de contratación de Rodríguez.

La comparecencia de Martín Palacios se enmarca en la investigación del controvertido 'caso Koldo', donde la exgerente se mostró contundente al expresar que se siente como un chivo expiatorio en esta situación complicada. Su declaración puso de relieve las tensiones y presiones que parecían estar en juego en este contexto político.

Martín Palacios relató que recibió presiones por parte de altos funcionarios del Grupo Tragsa justo antes de que Jésica Rodríguez compareciera ante el Tribunal Supremo. Según su testimonio, le instaron a dimitir para protegerse a sí mismos de posibles repercusiones derivadas de las declaraciones de Rodríguez.

A pesar de su posición en una gerencia que supervisa a cerca de 600 empleados, afirmó no tener ningún conocimiento previo sobre Jésica Rodríguez y categóricamente negó haber recibido directrices respecto a su contratación o cualquier tipo de intervención sobre ella.

La exgerente también apuntó que, en su opinión, la empresa pública Tragsatec fue utilizada para facilitar la continuidad laboral de Rodríguez en Ineco, otra entidad pública, dado que su permanencia allí estaba impedida por la normativa laboral vigente. Estas afirmaciones encienden el debate sobre el uso de recursos públicos y las prácticas dentro de las entidades gubernamentales.