Madrid, 21 de octubre. En un giro sorprendente en el ámbito de la inmigración, Teodoro Nguema Obiang, vicepresidente de Guinea Ecuatorial, ha dado a conocer este lunes que su país se convertirá en un nuevo destino para inmigrantes indocumentados que sean deportados desde Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump. La iniciativa ha sido presentada por Nguema como un esfuerzo que asegura un proceso “seguro y coordinado”.
En un mensaje publicado en la plataforma X, Nguema destacó que Guinea Ecuatorial se alinea con las políticas migratorias de Estados Unidos, subrayando su compromiso con una gestión “responsable y ordenada” de los movimientos migratorios. Este compromiso incluye la colaboración con Washington para establecer protocolos que garanticen la recepción de inmigrantes irregulares de manera controlada y segura.
El vicepresidente, quien es también hijo del actual presidente del país, Teodoro Obiang, enfatizó que esta colaboración no solo fortalece los lazos entre Guinea Ecuatorial y Estados Unidos, sino que también refleja la dedicación de su nación hacia la estabilidad y la cooperación internacional, aspectos que están en el centro de las prioridades políticas de ambos gobiernos.
El anuncio se produjo tras una reunión entre Nguema y David Gilmour, embajador estadounidense en Malabo. Según el vicepresidente, durante su encuentro discutieron temas esenciales como la necesidad de avanzar en negociaciones sobre aranceles comerciales y fomentar una cooperación económica que beneficie a las dos naciones de forma equitativa.
Sin embargo, la Embajada de Estados Unidos en Malabo no ha emitido ningún comentario sobre este encuentro específico, algo que se suma a la falta de comunicación oficial que se ha observado desde el 1 de octubre, fecha en que el gobierno federal estadounidense entró en un cierre administrativo, lo cual ha limitado las actualizaciones informativas de la diplomacia estadounidense en la región.
Este anuncio se produce en un contexto donde la administración Trump ha implementado diversos acuerdos destinados a la deportación de inmigrantes irregulares hacia terceros países, incluyendo a Esuatini, Ghana, Ruanda y Sudán del Sur, muchas veces a cambio de ayuda financiera. A principios de octubre, la ONG Human Rights Watch (HRW) advirtió que esta estrategia migratoria estadounidense podría estar violando el Derecho Internacional y exponiendo a cientos de personas a situaciones de detención arbitraria y malos tratos.
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