 
                                        En Madrid, el 30 de octubre, las principales empresas energéticas del país, Iberdrola, Endesa y Naturgy, han decidido dar un paso significativo al presentar al Gobierno su solicitud formal para retrasar hasta junio de 2030 el cierre de la central nuclear de Almaraz. Los reactores de esta planta están programados para desconectarse en 2027 y 2028, pero las compañías buscan extender su funcionamiento.
Durante una sesión extraordinaria, la junta de administradores y la asamblea de socios de Centrales Nucleares Almaraz-Trillo, A.I.E. (CNAT), donde las tres eléctricas son socias, acordaron oficialmente solicitar al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico una modificación en la autorización de explotación de los reactores para permitir su operación hasta el verano de 2030, según un comunicado emitido por CNAT.
La empresa destacó su intención de operar la central de manera segura y eficiente, afirmando que Almaraz se encuentra entre las mejores instalaciones nucleares a nivel mundial. Iberdrola posee el 53% de los derechos, Endesa el 36% y Naturgy el 11%, solidificando así su compromiso con la planta nucleares extremeña.
Esta acción marca un cambio de rumbo claro para las eléctricas, que la semana pasada ya habían mostrado su disposición a renegociar el calendario de cierre de Almaraz. En una carta conjunta, las compañías expresaron su deseo de extender la vida útil de esta instalación fundamental para el suministro energético del país.
El Gobierno ha dejado en claro que cualquier petición para ampliar la vida útil de Almaraz debe cumplir con criterios específicos, conocidos como las "tres líneas rojas". Estas incluyen garantizar la seguridad radiológica, no incrementar los costos para los ciudadanos y asegurar la estabilidad del suministro eléctrico. La ministra Sara Aagesen reiteró esta posición, enfatizando que el cierre de instalaciones es una decisión empresarial y no gubernamental.
CNAT subrayó en su comunicado la importancia de Almaraz como un pilar del sistema eléctrico español, proporcionando más del 7% de la electricidad del país, lo que se traduce en el suministro de energía a alrededor de cuatro millones de hogares. Además, la central es un motor socioeconómico clave para su región, generando miles de empleos especializados.
La instalación también ha sido reconocida como un modelo de excelencia en la industria nuclear, cumpliendo con todos los requisitos de seguridad establecidos por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y con una inversión continua en su modernización. Esta central se sitúa entre las más avanzadas, asemejándose a otras instalaciones nucleares en el mundo, como la de North Anna en Virginia, EE. UU.
El debate sobre la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares no es nuevo. En junio, Endesa e Iberdrola ya habían contactado al Ministerio para discutir este tema, aunque Naturgy y EDP no firmaron esa carta inicial. Las empresas están ahora alineadas en su objetivo de solicitar la continuidad operativa de Almaraz mientras se espera la decisión del Gobierno sobre las condiciones específicas.
De esta manera, tanto Iberdrola como Endesa han manifestado su apertura a extender la vida útil de las centrales nucleares con la esperanza de ofrecer ventajas económicas a los consumidores y fortalecer la autonomía energética del país. Naturgy, por su parte, también ha apoyado la idea de extender el funcionamiento de Almaraz hasta 2030, planteando posteriormente una reflexión sobre el futuro de la energía nuclear en España.
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