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Israel justifica la pausa en la asistencia a Gaza, afirmando que ha respetado sus obligaciones de alto el fuego.

Israel justifica la pausa en la asistencia a Gaza, afirmando que ha respetado sus obligaciones de alto el fuego.

El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, ha hecho un llamado enérgico este martes para la liberación de rehenes y ha exigido una "desmilitarización total" de la Franja de Gaza como condiciones previas para avanzar hacia la segunda fase de las negociaciones. Esta declaración llega en un contexto de creciente tensión y complejidad en la región.

En un comunicado desde Madrid, Saar defendió la decisión del gobierno israelí de restringir el acceso a la ayuda humanitaria en Gaza, argumentando que esto es consecuencia de la negativa del Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, a aceptar las condiciones estipuladas para extender la fase inicial del alto el fuego, que se inició el 19 de enero.

"El sábado marcó el cierre de la primera fase del acuerdo para liberar a nuestros rehenes. Israel ha respetado rigurosamente su compromiso, incluyendo la parte de asistencia humanitaria, hasta el último minuto", afirmó Saar, tras recibir críticas de parte de Hamás sobre supuestas violaciones de los términos humanitarios del cese al fuego.

Saar subrayó que el gobierno israelí aceptó la propuesta de extender el alto el fuego temporal, presentada por el enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump, Steve Witkoff. Sin embargo, lamentó que Hamás desestimara esta oferta, insistiendo en que Israel debía adherirse a los términos originales, que contemplaban el inicio de la segunda etapa de las conversaciones sin prórroga del periodo anterior.

Como resultado, el Gobierno israelí decidió detener el ingreso de ayuda a la Franja, un movimiento que Saar justificó señalando que "la asistencia que podría llegar a Hamás no es verdaderamente humanitaria". Además, argumentó que la organización ha desviado recursos destinados a la ayuda para financiar su agenda terrorista, convirtiendo esos fondos en una fuente de ingresos crucial para sus actividades.

El ministro israelí acusó a Hamás de "utilizar esos recursos para rearmarse y reclutar más jóvenes en su lucha armada". Relató además que los miembros del grupo han disparado contra civiles que intentan acceder a la ayuda, utilizando la situación humanitaria como una herramienta en su enfrentamiento con Israel, una dinámica que él considera insostenible.

Por su parte, Stéphane Dujarric, portavoz de la Secretaría General de la ONU, mencionó la semana pasada que existen “múltiples obstáculos” para la entrega de ayuda en Gaza, resaltando que las restricciones impuestas por Israel han sido significativas. Sin embargo, informó sobre una notable mejora en la seguridad del enclave después del alto el fuego, evidenciada por la ausencia de “anarquía a gran escala” y ataques contra camiones de ayuda.

Finalmente, Saar dejó claro que Israel está listo para avanzar hacia la segunda fase del alto el fuego, pero esto está condicionado a la liberación de todos los rehenes y a la "desmilitarización total" de Gaza. Estas demandas han sido desestimadas en múltiples ocasiones por Hamás, según informó el diario israelí 'The Times of Israel'.

Desde el bando opositor, Osama Hamdan, un alto funcionario de Hamás, criticó duramente al Primer Ministro Netanyahu, sugiriendo que está intentando reavivar la "agresión" contra Gaza. Hamdan enfatizó que las autoridades israelíes parecen estar obstaculizando el cumplimiento del acuerdo de alto el fuego y demandó que se respete el pacto tal como fue originalmente firmado, abriendo así las vías para la segunda fase de las negociaciones.