En la jornada del 22 de enero en Madrid, se llevó a cabo una comparecencia de suma relevancia en el marco de la investigación del Senado sobre el conocido como 'caso Koldo'. Carlos Moreno, jefe de gabinete de la vicepresidenta María Jesús Montero, se presentó ante la comisión y reiteró con contundencia que "nunca, jamás" ha aceptado ni un solo pago o regalo relacionado con su función en la Administración. De esta manera, desmintió las acusaciones que le implican en el cobro de 25.000 euros por parte del empresario Víctor de Aldama, quien es señalado como el supuesto intermediario en la trama.

Durante su exposición, Moreno hizo hincapié en que el propio Tribunal Supremo ha cuestionado la veracidad de las acusaciones lanzadas por Aldama, quien lo acusó de haber recibido esa suma tras realizar gestiones favorables ante la Agencia Tributaria para una de sus empresas.

El compareciente enfatizó que las imputaciones en su contra son "tan graves como infundadas". En un auto emitido el pasado 7 de enero, el Supremo dejó claro que las afirmaciones de Aldama no han sido debidamente contrastadas y, por lo tanto, "no cuentan con indicios sólidos que les otorguen peso".

Moreno se mostró contundente al afirmar que las acusaciones carecen de cualquier respaldo fáctico, limitándose a las meras declaraciones del empresario, lo que no constituye un fundamento sólido para considerar la veracidad de tales imputaciones. Leyó el escrito del tribunal para subrayar su postura, afirmando que los hechos expuestos no tienen más sustento que las palabras de Aldama.

En un tono reflexivo, Moreno recordó su trayectoria de más de veinte años al servicio de la Administración Pública, caracterizada por su esfuerzo discreto y honesto, sin ambiciones más allá de cumplir con su deber de la mejor manera posible. "Al finalizar mi tiempo aquí, solo anhelo llevar una vida tranquila y sencilla", apuntó.

Además, expresó su asombro ante cómo en el ámbito de la defensa personal se pueden lanzar calumnias tan serias contra alguien que se sabe inocente. "Es aún más inquietante que algunos opten por otorgar más credibilidad a un confeso delincuente que a una persona con más de dos décadas de servicio público intachable", manifestó el jefe de Gabinete de Montero con evidente indignación.

Finalmente, mostró su deseo de que esta "injusta situación" se aclare lo más pronto posible, a pesar de que reconoció que la "pena de telediario" que ha tenido que soportar es algo que "no tiene reparación".