MADRID, 11 Nov.
El conflicto abierto entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha sumido a la Franja de Gaza en una grave crisis humanitaria. Los ataques del 7 de octubre han profundizado el colapso económico que ya sufría este territorio, que dependía en gran medida de la ayuda humanitaria incluso antes de la última escalada.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en tan solo un mes de conflicto, los niveles de pobreza han aumentado un 20 por ciento y el PIB se ha contraído en un 4,2 por ciento en los territorios palestinos en su conjunto.
De prolongarse el conflicto durante otro mes, el retroceso económico podría llegar al 8,4 por ciento, lo que equivaldría a 1.700 millones de dólares. Y si la violencia persiste por tres meses, el PIB caería un 12,2 por ciento, unos 2.500 millones de dólares. En cuanto a la pobreza, empeoraría en un 34 por ciento en el segundo mes y en un 45 por ciento en el tercero, respecto a los niveles anteriores al 7 de octubre.
En términos de desarrollo humano, Palestina experimentaría un retroceso sin precedentes en una década, entre once y 16 años atrás, dependiendo de la intensidad del conflicto. En el caso de Gaza, las consecuencias serían aún más graves, con un retroceso de entre 16 y 19 años.
A nivel laboral, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que se han perdido 182.000 empleos en la Franja de Gaza como resultado directo del conflicto, lo que equivale al 61 por ciento de los puestos. En Cisjordania también se han sentido los efectos colaterales, con la pérdida del 24 por ciento de los empleos, es decir, 208.000 trabajos.
El administrador del PNUD, Achim Steiner, ha advertido que este tipo de informes demuestran los efectos a largo plazo de la guerra y que estos no se limitarán solo a Gaza. Además de la catástrofe humanitaria, también hay una crisis de desarrollo. La guerra está acelerando rápidamente la pobreza entre una población que ya era vulnerable antes de la crisis, subrayó.
La directora de la OIT para la región, Ruba Jaradat, coincide en que la "enorme crisis humanitaria" se suma a una "crisis social y económica" con efectos que la población palestina sufrirá "durante muchos años".