La ONU advierte que 2024 podría ser el año más conflictivo en Siria desde 2020 debido a la intensificación de la violencia.

En un alarmante informe presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Najat Rochdi, la adjunta al representante especial de la organización en Siria, ha advertido que el año 2024 se perfila como el más violento desde 2020, en el contexto de un aumento de las hostilidades en Oriente Próximo. Rochdi subrayó que la situación en el país árabe podría deteriorarse aún más, lo que plantea un sombrío horizonte de devastación.
La funcionaria destacó que millones de sirios continúan viviendo en condiciones precarias, ya sea fuera de sus fronteras o enfrentándose a la adversidad en un entorno complejo marcado por autoridades de facto, ejércitos extranjeros, y grupos armados no estatales. Además, la situación se agrava con la noticia de alrededor de 100.000 sirios que permanecen en detención arbitraria o se encuentran desaparecidos, un hecho que denuncia con firmeza.
Rochdi también denunció el aumento preocupante y la intensificación de los ataques israelíes en territorio sirio. En un ataque aéreo llevado a cabo el miércoles en la ciudad de Palmira, el Ejército israelí dejó un saldo trágico de 79 muertos, entre ellos 53 milicianos proiraníes de nacionalidad siria, revelando una escalofriante dimensión del conflicto.
Desafiando las justificaciones ofrecidas por las autoridades israelíes, que argumentan que sus ataques están dirigidos contra aliados de Irán como el partido-milicia Hezbolá o el grupo Yihad Islámica, Rochdi denunció que el Ejército también ha golpeado áreas residenciales en Damasco, afectando gravemente la infraestructura civil y el bienestar de la población.
La situación humanitaria se ve aún más complicada por el éxodo continuo de personas; la Agencia de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA) estima que más de medio millón de personas han ingresado a Siria desde Líbano desde el inicio de la invasión israelí a finales de septiembre. Este flujo incesante refleja la desesperación de quienes huyen de la violencia, y miles continúan cruzando la frontera a diario.
Rochdi hizo hincapié en la necesidad de garantizar la seguridad de los llegados desde Líbano, reclamando que todas las autoridades, incluidas las de facto, asuman su responsabilidad en este sentido. Dos tercios de los nuevos refugiados provienen de Siria, lo que solo añade a la complejidad de la situación.
Los efectos devastadores de los bombardeos han tenido repercusiones en las importaciones y exportaciones del país, que han caído entre un 40 y un 50 por ciento, elevando los precios de productos esenciales como la gasolina. Estas circunstancias dejan a las comunidades más vulnerables al borde de la crisis, una situación alarmante dado que ya antes de este reciente auge de refugiados, más del 70 por ciento de la población siria, equivalente a unos 16,7 millones de personas, necesitaba asistencia humanitaria.
Reconociendo la complejidad de estos retos, Rochdi enfatizó que no existen soluciones rápidas o técnicas que puedan abordar problemas tan profundamente políticos, especialmente tras casi 14 años de conflicto armado en la región. No obstante, su discurso estuvo impregnado de una notable esperanza, al señalar que se presenta una oportunidad sin precedentes para impulsar el progreso, siempre y cuando las partes implicadas se comprometan a actuar de manera constructiva y responsable.
La conclusión de Rochdi resonó con un poderoso llamado a la acción. “Este es un tiempo de intensa incertidumbre y amenaza en la región, pero también es el momento crucial para trazar un camino que permita al pueblo sirio alcanzar sus legítimas aspiraciones, restaurar su soberanía y garantizar la paz y seguridad internacional”, sentenció, subrayando la urgencia de un cambio significativo en la situación actual.
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