El 26 de junio, en la capital española, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, hizo un llamado urgente a desmantelar las barreras que aún persisten dentro del Mercado Único europeo. Según Lagarde, estas obstrucciones son un freno tanto para la circulación de ideas como para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el continente.

Durante un evento en Múnich, la líder del BCE destacó que un impresionante 75% de las empresas más innovadoras de Europa identifican la fragmentación del mercado como un importante impedimento para su desarrollo. Este testimonio pone de manifiesto la necesidad de una acción colectiva para abordar las disparidades que afectan al mercado único.

Además, Lagarde mencionó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha intentado evaluar el impacto de estas barreras, señalando que, en términos de tarifas arancelarias efectivas, el comercio de servicios dentro de Europa enfrenta un costo equivalente al 110%. Esta cifra es notablemente superior a las amenazas comerciales que provienen de socios externos.

La exministra francesa de Finanzas también subrayó que el orden mundial que ha permitido el crecimiento sostenido de Europa está amenazado por un panorama cada vez más fragmentado y un estancamiento económico. La situación exige medidas proactivas para preservar los logros alcanzados hasta la fecha.

Frente a este desafío, Lagarde insistió en la necesidad de intensificar los esfuerzos de integración en la Unión Europea, advirtiendo que las tendencias proteccionistas a nivel global presentan un serio reto a la dependencia de Europa del comercio internacional. Fortalecer la unidad dentro del continente es esencial para combatir estos desafíos emergentes.