
En Madrid, el 22 de junio, el subsecretario del Sínodo de los Obispos, Luis Marín, ha expresado su confianza en la figura del Papa León XIV, describiéndolo como "un hombre fuertemente sinodal" tanto en su esencia como en sus prácticas. Marín señaló que desde el inicio del proceso sinodal en 2021, se ha logrado un progreso significativo hacia una Iglesia más inclusiva, donde los laicos y las mujeres juegan un papel protagónico en una estructura menos jerárquica.
En una entrevista concedida a Europa Press, Marín explicó que la liderazgo del Papa en la Secretaría General del Sínodo es crucial. Su trayectoria en la Orden de San Agustín y su labor como obispo de Chiclayo son reflejos de su sensibilidad y compromiso con el movimiento sinodal, subrayando que "él es truly sinodal".
Con el cuarto aniversario del inicio del proceso sinodal que impulsó el Papa Francisco a través del Sínodo sobre la Sinodalidad, Marín declaró que "se ha avanzado bastante" hacia una Iglesia que promueve la corresponsabilidad y la horizontalidad, donde tanto laicos como mujeres tienen voz y voto.
La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que concluyó en octubre de 2024, ha marcado un nuevo comienzo para la Iglesia, que ahora está en la fase de implementación. Paralelamente, se han conformado diez grupos de trabajo dedicados a abordar temas delicados como la formación de sacerdotes y la posibilidad de un diaconado femenino. Marín indicó que estos grupos requieren más tiempo para reflexionar sobre estas cuestiones importantes.
Estos grupos de trabajo tienen como plazo hasta diciembre de 2025 para presentar sus recomendaciones a León XIV, aunque Marín aclaró que no tendrán poder decisorio, ya que el Papa tendrá la última palabra y podrá actuar sin presiones externas.
Marín también aclaró que el propósito del proceso sinodal no es abordar controversias, sino fomentar la sinodalidad y la participación activa dentro de la Iglesia, enfatizando la comunión y el impulso a la misión. "Temas como el celibato o la ordenación de mujeres no han sido el foco principal de las discusiones", puntualizó.
Al hablar sobre el celibato, Marín explicó que es una norma antigua de la Iglesia latina. Aunque no forma parte de los dogmas, se cuestiona su pertinencia actual. Reiteró que el Papa Francisco ha dejado claro que no es el momento adecuado para revisar esta cuestión.
En cuanto al diaconado femenino, Marín resaltó la falta de datos concretos sobre el rol de las diaconisas en la Iglesia primitiva y aseguró que, incluso si se aprobara, el ministerio diaconal no implicaría acceso al presbiterado o al episcopado. "No son asuntos sencillos y requieren un estudio profundo", recalcó.
Además, Marín indicó que se planean asambleas de evaluación en las diócesis para 2027, seguidas de reuniones en conferencias episcopales nacionales e internacionales, culminando con una Asamblea Eclesial en el Vaticano en octubre de 2028.
A pesar de los desafíos, Marín ha enfatizado que el proceso sinodal está catalizando un "cambio de actitudes", promoviendo una Iglesia más coherente y, por ende, más convincente.
Finalmente, el subsecretario del Sínodo concluyó que este proceso no busca reinventar la Iglesia con novedades superficiales, sino recuperar y vivir la espiritualidad de Jesús en su esencia más pura.
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