24h España.

24h España.

Obispos en España alertan sobre la crisis de vivienda como una forma de violencia social.

Obispos en España alertan sobre la crisis de vivienda como una forma de violencia social.

En un reciente mensaje con motivo de la festividad del Corpus Christi, los obispos de España han señalado la crisis de la vivienda como una "emergencia social" que constituye una forma de violencia estructural. Esta declaración, formulada por la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal Española, llega en un momento crítico para muchos que enfrentan la exclusión habitacional.

Los prelados han expresado con claridad que, tanto en Europa como en España, encontrar una vivienda digna se ha transformado en un desafío formidable. “¿No es esta también una forma de violencia estructural?”, cuestionan los obispos, quienes subrayan que esta situación afecta especialmente a aquellos que sobreviven bajo el umbral de la pobreza. Su mensaje, enmarcado en el Día de la Caridad con el lema “Mientras haya personas, hay esperanza”, destaca la urgencia de abordar este problema social.

La carta también aborda el clima de violencia que envuelve a las comunidades, donde "la desesperanza acecha" y se vuelve indispensable "reavivar la confianza en el futuro". En un mundo donde el avance científico y tecnológico promete bienestar, los obispos enfatizan que la realidad humana sigue siendo frágil y vulnerable.

Los líderes religiosos no han eludido el tema de la guerra, que consideran la forma más extrema de violencia. Identifican conflictos en diversas regiones del mundo, como Tierra Santa, Ucrania o el Cuerno de África, señalando que estas guerras generan no solo destrucción y muerte, sino también desplazamientos masivos y la pérdida del sentido de pertenencia. “Su legado es desesperación y miseria”, subrayan con preocupación.

Además de la crisis de la vivienda, los obispos advierten sobre la creciente desigualdad en las oportunidades laborales, que afecta especialmente a los jóvenes vulnerables. “Aquí también se vulnera la dignidad humana”, añaden, resaltando que muchas vidas están marcadas por la falta de acceso al desarrollo personal y profesional.

Las barreras para la integración de las personas migrantes también son parte de su mensaje. Los obispos identifican que muchos de estos individuos son tratados como seres prescindibles en un sistema que los margina, lo cual provoca una humillación profunda y prolongada.

Este panorama desolador ha generado angustia y un sentimiento de desesperanza social, como ha señalado el propio Papa Francisco en diversas ocasiones. Los obispos insisten en que este contexto demanda una respuesta activa y empática.

Recordando las palabras de Papa León XIV, los prelados han hecho un llamado a acercarse a estos desafíos. Resaltan que, en lugar de apresurarse a ofrecer soluciones, es esencial comprender las realidades de quienes sufren y buscar colaborar con ellos.

La esperanza, según los obispos, impulsa un movimiento hacia lo desconocido y lo inexplorado, desafiando el estancamiento de la inacción y el miedo. “Debemos salir en busca de lo nuevo y de lo que aún no existe”, afirman, instando a todos a tomar parte activa en la construcción de un futuro más justo.

Para enfrentar esta compleja situación, los prelados alientan a la comunidad a participar en acciones solidarias como la oración, el voluntariado y la promoción de espacios de diálogo y reconciliación. “La paz que anhelamos no puede alcanzarse si no participamos en el proceso de sanación de nuestras propias heridas y las de los demás”, concluyen, apelando a un compromiso colectivo por un mundo más justo y compasivo.