En una escalada de violencia que continúa causando estragos, la madrugada del sábado dejó un desgarrador saldo de al menos ocho civiles palestinos fallecidos en la Franja de Gaza, resultado de una serie de bombardeos llevados a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel. Los ataques, que se concentraron en diversas áreas del centro y del sur del enclave, han dejado a muchos más heridos, aunque el número exacto aún se está determinando.

Entre las víctimas más impactantes se encuentra una familia de cuatro miembros que perdió la vida en el barrio de Al Amal, en la ciudad de Khan Yunis, al ser alcanzados por un ataque de un dron en su hogar. Esta tragedia fue reportada por la agencia de noticias palestina Wafa, a través de testimonios locales que han dado cuenta del horror de la situación.

En otro ataque en el campo de refugiados de Nuseirat, una casa fue igualmente bombardeada, resultando en la muerte de dos personas y dejando a varias más con heridas de diversa gravedad. Este patrón de ataques indiscriminados resuena en la comunidad internacional, al tiempo que se incrementa la urgencia por buscar una solución pacífica a una crisis que parece no tener fin.

Asimismo, en Nuseirat, un ataque separado dejó a un hombre fallecido y causó heridas a cinco personas, entre ellas un bebé de solo un mes, lo que subraya la tragedia de un conflicto que afecta a los más vulnerables. Este bombardeo tuvo lugar cerca de la mezquita de Al Qassam, un punto neurálgico en la región.

Las autoridades en Gaza, bajo el control de Hamás, han reportado cifras alarmantes que aumentan día a día. Ya son más de 53.800 las vidas perdidas a causa de la ofensiva israelí desde el 7 de octubre de 2023, periodo marcado por ataques que resultaron en la muerte de cerca de 1.200 israelíes y el secuestro de alrededor de 250 personas.

En un reciente comunicado, el Ministerio de Sanidad de Gaza destacó que la cifra de "mártires" ha subido a 53.822, con más de 122.382 heridos, de los cuales 60 han sido reportados en las últimas 24 horas. Estos números reflejan no solo la magnitud de la crisis humanitaria sino también la urgencia de restablecer un alto el fuego. Aun así, el ministerio ha advertido sobre la cantidad de cuerpos aún atrapados entre los escombros de edificios destruidos, lo que complica aún más el panorama en unos tiempos tan difíciles.