
En los últimos días, el panorama diplomático respecto al reconocimiento del Estado palestino ha cobrado un nuevo impulso, con once naciones uniendo sus voces en favor de esta causa, entre las que se destacan países como Francia, Bélgica y Luxemburgo. Este consenso se ha manifestado en Nueva York, coincidiendo con una conferencia dedicada a la solución de dos Estados, justo antes de la Asamblea General de la ONU.
Con estas sumas, más de tres cuartos de los países que forman parte de la ONU han decidido dar el paso de reconocer a Palestina como un Estado independiente. Este movimiento se produce en el contexto de la creciente violencia de Israel hacia la Franja de Gaza y los palestinos en Cisjordania, lo que ha llevado a la comunidad internacional a reexaminar su posición sobre el conflicto.
El primer ministro luxemburgués, Luc Frieden, destacó que este reconocimiento simboliza el inicio de un nuevo compromiso con la paz, enfatizando la necesidad de diplomacia, diálogo y coexistencia. Según él, se trata de un esfuerzo renovado que está lejos de ser un gesto aislado.
Por su parte, el primer ministro maltés, Robert Abela, respaldó esta iniciativa afirmando que se trata de un paso vital hacia la realización del sueño de paz en la región. Reiteró que la solución de dos Estados sigue siendo el único camino posible y expresó la disposición de Malta para ayudar a que dicho objetivo se concrete.
El rey Alberto de Mónaco también participó en este impulso hacia el reconocimiento, declarando su deseo de aceptar a Palestina como un Estado según el Derecho Internacional. A pesar de esto, subrayó el compromiso inquebrantable de Mónaco con la existencia del Estado de Israel.
En una muestra más de apoyo internacional, el presidente francés Emmanuel Macron reafirmó el reconocimiento oficial a Palestina, anticipando que otros países como Andorra y Canadá seguirían esta línea. Macron, coorganizador de la cumbre junto a Arabia Saudí, afirmó que este reconocimiento es clave para alcanzar la paz en Israel, aunque también condicionó el establecimiento de una embajada en Palestina a la liberación de rehenes y un alto el fuego efectivo.
El mandatario francés recordó que la resolución de la ONU de 1947, que proponía la partición del Mandato Británico de Palestina, reafirmó el derecho de ambos pueblos a la autodeterminación. La creación del Estado de Israel se vio como una restauración de su derecho histórico, pero lamentó que el Estado árabe prometido nunca se haya concretado hasta hoy.
En contraste, el representante de Israel ante la ONU, Danny Danon, descalificó la cumbre, tildándola de "teatro" y aseguró que las acciones que Israel lleva a cabo en el terreno son las que verdaderamente importan. Además, reiteró la promesa del primer ministro Benjamin Netanyahu de que habrá una respuesta a las acciones unilaterales, enfatizando al mismo tiempo que Israel se considera una nación que busca la paz.
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