En un comunicado reciente, Naciones Unidas ha expresado su profunda preocupación por la serie de ataques aéreos que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han llevado a cabo contra embarcaciones supuestamente involucradas en el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico. Desde principios de septiembre, estas operaciones han resultado en la trágica pérdida de más de 60 vidas, lo que ha llevado a la organización internacional a calificar esta situación como una grave violación de los Derechos Humanos.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha calificado de "inaceptables" estos bombardeos y ha solicitado urgentemente al gobierno de Donald Trump que ponga fin a estas acciones. Además, ha enfatizado la importancia de proteger el derecho a la vida, instando a la administración estadounidense a prevenir cualquier ejecución extrajudicial de quienes se encuentren a bordo de estas embarcaciones, sin importar las sospechas que puedan existir sobre ellos.

El Alto Comisionado ha recordado que, a pesar de los esfuerzos necesarios para combatir el tráfico internacional de drogas, existen límites claros en el uso de la fuerza. Según su declaración, la fuerza letal solo debería considerarse como último recurso y únicamente en situaciones donde existe una amenaza inmediata para la vida. Esta perspectiva resalta la necesidad de emplear métodos alternativos en lugar de recurrir a ataques aéreos indiscriminados.

Con base en la información escasa proporcionada por las autoridades de Estados Unidos, el Alto Comisionado ha llegado a la conclusión de que ninguno de los individuos a bordo de las embarcaciones atacadas representaba una amenaza inminente. Por ello, ha solicitado que se realice una investigación "rápida, independiente y transparente" de todos los ataques, con el objetivo de identificar y responsabilizar a aquellos que hayan infringido la ley en este contexto.