En una reciente declaración, el presidente colombiano Gustavo Petro ha expresado su preocupación por la creciente fragmentación y la falta de respuesta en América Latina frente a los ataques a narcolanchas por parte de Estados Unidos, actos que la ONU ha calificado de violaciones a los derechos humanos.

Petro, en una entrevista con Al Yazira, enfatizó que el uso de misiles contra embarcaciones con civiles desarmados equivale a realizar ejecuciones extrajudiciales, alertando sobre la gravedad de estos ataques.

Aprovechó la ocasión para criticar la falta de coordinación entre las naciones latinoamericanas, que impide una condena conjunta de una estrategia que EEUU justifica como parte de su lucha contra el narcotráfico, a pesar de las acusaciones hacia Colombia y Venezuela de inacción ante el avance del tráfico de drogas.

El presidente colombiano también hizo alusión a los “setenta asesinatos” atribuidos al Ejercito estadounidense, y condenó lo que percibe como un “silencio” entre los líderes de la región, lo que, según él, representa una falta de unidad que otorga poder a quienes perpetúan violencia extrema.

Por su parte, las autoridades de Naciones Unidas han resaltado que no hay base legal que respalde estos bombardeos, advirtiendo que, según la limitada información proporcionada por el gobierno estadounidense, ninguno de los ocupantes de las embarcaciones atacadas presentaba una amenaza inminente.

Por tanto, la ONU ha instado a realizar una investigación rápida, independiente y transparente sobre estos incidentes, sugiriendo que se tomen medidas contra quienes hayan transgredido la ley en estos contextos.