En un movimiento que marca un nuevo giro en la relación entre Rusia y Estados Unidos, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado una ley que anula formalmente el acuerdo de 2000 destinado a deshacerse de excedentes de plutonio para fines militares. Este acuerdo, que fue ratificado por ambas naciones en 2011, ya había quedado suspendido por Moscú desde 2016 en respuesta a las sanciones impuestas por la administración estadounidense.

El tratado original contemplaba la destrucción de 34 toneladas de plutonio que podrían ser utilizadas en armamento. Sin embargo, la decisión de Putin de romper el pacto definitivo ya contaba con la aprobación de las dos cámaras del Parlamento ruso, por lo que solo quedaba su firma, que se ha concretado este lunes según reporta la agencia TASS. El Kremlin justifica este paso al señalar la creciente presión de las sanciones occidentales y la expansión de la OTAN en Europa del Este como factores determinantes.

Esta ruptura se produce en un contexto de intensas negociaciones diplomáticas para poner fin a la guerra en Ucrania. Las conversaciones habían incluido diálogos entre Putin y el presidente estadounidense, Joe Biden, con un potencial segundo encuentro previsto en Budapest tras una primera reunión en Alaska el pasado 15 de agosto. Sin embargo, ahora ese encuentro parece estar más alejado que nunca.