En el contexto actual del sector industrial, el grupo alemán Schaeffler ha dado a conocer sus resultados financieros correspondientes al primer semestre de 2025, que han generado inquietud entre los analistas. A pesar de que la compañía reportó un beneficio neto atribuible de 43 millones de euros, esta cifra representa una drástica caída del 83,6% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

La facturación total alcanzó los 11.845 millones de euros, lo que refleja una leve disminución del 2,6% con respecto a 2024. Estos números sugieren una tendencia de desaceleración que la firma tendrá que analizar detenidamente en sus estrategias para los próximos meses.

Al observar el desempeño regional, se notan diferencias notables en los ingresos. Europa y Gran China experimentaron caídas del 5,2% y del 6,1% respectivamente, mientras que las regiones de América y Asia/Pacífico mostraron signos de resiliencia, con un crecimiento del 0,9% y del 5,5% en sus ingresos.

Klaus Rosenfeld, el CEO de Schaeffler, se mostró optimista respecto a la reestructuración de la empresa, que ahora se organiza en cuatro divisiones centradas en distintos productos. A pesar de las dificultades económicas y el proceso de integración interno, el grupo avanza en la optimización de su capacidad operativa, con un enfoque renovado en las necesidades de sus clientes.

En particular, la división de Electromovilidad ha tenido un desempeño notable, con un incremento del 9,7% en sus ingresos, alcanzando los 2.419 millones de euros, evidenciando el crecimiento en la producción de vehículos electrificados en un mercado que avanza hacia la sostenibilidad.

Por otro lado, la división de Tren de Potencia y Chasis reportó una caída del 9,1% en sus ingresos, que se situaron en 4.547 millones de euros. En contraste, la división de Soluciones para la Vida Útil de Vehículos logró un aumento del 6,3%, impulsado por un crecimiento en los volúmenes de venta, alcanzando los 1.564 millones de euros.

La división de Rodamientos y Soluciones Industriales, sin embargo, no tuvo un buen desempeño; sus ingresos disminuyeron en un 1,3%, hasta 3.241 millones de euros, principalmente debido a una reducción en los volúmenes de producción en el mercado europeo.

En cuanto al segundo trimestre del año, Schaeffler reportó una caída del 2,2% en sus ventas, que totalizaron 5.922 millones de euros, y su resultado operativo fue de 205 millones de euros, lo que representa un descenso del 15,8% respecto al año anterior.

A pesar de este panorama desafiante, la compañía ha optado por mantener sus previsiones anuales, pronosticando ingresos que oscilarán entre los 23.000 y los 25.000 millones de euros y un margen EBITDA que se situará entre el 3% y el 5%. Las expectativas no son del todo optimistas, pero muestran una determinación por parte de la dirección de seguir adelante en un mercado volátil.