En un trágico episodio reciente en el sur de Líbano, al menos seis vidas han sido segadas a causa de ataques perpetrados por Israel y la explosión de un artefacto explosivo no detonante, según los reportes de las autoridades locales. Asimismo, se ha informado de que las fuerzas libanesas han conseguido evitar el lanzamiento de un proyectil hacia el territorio israelí, en un contexto de creciente tensión.

Uno de los ataques más devastadores tuvo lugar en Qasiba Breiqa, donde cuatro civiles perdieron la vida y otros cuatro resultaron heridos debido a la explosión de un artefacto que las Fuerzas Armadas israelíes habían colocado en un vehículo del Ejército libanés.

En otro incidente separado, un hombre falleció en un ataque de dron mientras conducía por el distrito de Saida. El Ministerio de Sanidad ha identificado a la víctima como Huseín Alí Nasr, originario de la localidad de Haruf en la región de Nabatiye, según reportes del diario 'L'Orient-Le Jour'.

Adicionalmente, otro ataque aéreo israelí en Hula, en el área de Marjayún, también ha dejado un muerto, sumando así más dolor a la ya tensa situación en la región.

Por su parte, el Ejército libanés ha confirmado que el domingo lograron neutralizar un intento de lanzamiento de un proyectil hacia Israel, arrestando a varios sospechosos en la zona de Saida. Estos arrestos se producen en el contexto de los lanzamientos de los días 22 y 28 de marzo que Israel ha citado como justificación para sus agresiones.

A pesar de los esfuerzos del Ejército libanés para controlar la situación, que ha incluido la detención de miembros implicados en los ataques, aún no se ha emitido ninguna reivindicación por parte de organizaciones específicas sobre estos actos.

Las operaciones de las Fuerzas Armadas israelíes han continuado incesantemente, bombardeando el sur de Líbano casi a diario, aun cuando se había establecido un alto al fuego en noviembre tras meses de hostilidades. Desde el inicio de este periodo de conflicto en septiembre, los medios libaneses informan que al menos 145 personas han perdido la vida en el país, mientras que la ONU ha confirmado la muerte de al menos 71 civiles.