La Audiencia Nacional (AN) ha decidido no compensar a Ahmed Tommouhi, quien pasó 15 años tras las rejas por dos agresiones sexuales en los años noventa, a pesar de que el Tribunal Supremo (TS) anuló su condena y le dio la razón en su caso. Tommouhi había sido erróneamente identificado debido a su parecido con un violador de Barcelona, lo que le llevó a soportar una condena tan severa e injusta.
Según información obtenida por Europa Press, la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la AN ha desestimado el recurso de Tommouhi tras la negativa del Ministerio de Justicia de indemnizarlo. Tommouhi solicitaba 3,6 millones de euros y una declaración que culpase a los magistrados que lo condenaron, pero la AN justifica su decisión argumentando que no se cumplen las condiciones necesarias para una indemnización, ya que no hubo un error judicial evidente.
La AN señala que no ha identificado ningún “error craso o evidente” que justifique una compensación. Argumentan que simplemente tener una sentencia de revisión, como la que emitió el TS, no es suficiente para concluir que existió un error judicial. Los magistrados sostienen que la condena de la Audiencia Provincial de Barcelona no presenta características de error evidente, basándose en un análisis detallado de ambas sentencias.
Los jueces de la AN comentan que la sentencia de revisión se fundamenta en una prueba pericial que fue desestimada por la Audiencia Provincial, lo que subraya que esta última actuó conforme a justificaciones que consideraron relevantes en su decisión. A pesar de que la sentencia de revisión aplicó el principio 'in dubio pro reo' para absolver a Tommouhi, esto no implica que hubiera un error evidentemente grave en el juicio original.
La historia de Tommouhi es trágica y compleja. En 2023, el TS revisó su caso y aceptó el recurso que planteó, resaltando cómo elementos probatorios que no habían sido considerados inicialmente resultaron decisivos para cuestionar su culpabilidad. Este nuevo juicio reveló que se había pasado por alto un informe de la Policía Científica de 1992 sobre un resto de semen encontrado en la ropa de la víctima, que no coincidía con el ADN de Tommouhi.
Además de este informe, otros testimonios, incluido el de la propia víctima, abrieron la puerta a la duda sobre la inicial identificación de Tommouhi como el agresor. La víctima había reconocido previamente su error en la identificación. En contraste, un hombre llamado Antonio G.C., detenido más tarde por violaciones similares, resultó ser el delincuente correspondiente en al menos uno de los casos asociados con Tommouhi, lo que socava aún más la validez de la condena inicial.
Las acusaciones contra Tommouhi comenzaron en 1991 y un informe de la Guardia Civil, elaborado en 1993, alejaba toda sospecha de que él y otro compatriota se conocieran. Aunque inicialmente enfrentaba múltiples acusaciones, su condena se sustentaba principalmente en reconocimientos de víctimas, que fueron insuficientes y claramente erróneos.
La situación fue aún más dramática para su copartícipe, Abderrazak M., quien siempre proclamó su inocencia y rechazó compensaciones por parte del estado después de su condena anulada. Desgraciadamente, Abderrazak falleció en prisión en 2000. En el caso de Tommouhi, a pesar de sus esfuerzos por obtener un indulto que el Tribunal Supremo había sugerido, este nunca llegó debido a las reticencias políticas de ambos gobiernos que han estado en el poder.
Finalmente, en junio de 2000, el TS negó a la defensa de Tommouhi la posibilidad de apelar, indicando que las nuevas pruebas no eran lo suficientemente concluyentes para probar su inocencia de manera indiscutible. Este desenlace plantea serias preguntas sobre el sistema judicial y la necesidad de una revisión profunda de casos relacionados con condenas erróneas, para garantizar que no se repitan injusticias similares en el futuro.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.