La empresa automotriz Audi ha compartido recientemente sus resultados financieros correspondientes a los primeros nueve meses del año, revelando un beneficio neto de 2.046 millones de euros. Aunque esta cifra es significativa, representa una disminución del 14,9% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que refleja los desafíos que enfrenta el sector.

En términos de ingresos, Audi reportó un total de aproximadamente 48.400 millones de euros, lo que indica un ligero crecimiento del 4,6% respecto al año pasado. Este aumento es en gran parte atribuible a la evolución favorable de su gama de productos, destacando un incremento en las ventas de vehículos eléctricos de batería (BEV), que están ganando popularidad en el mercado.

Sin embargo, la compañía también se enfrenta a un aumento de costos, que se elevaron un 9,2% interanual, alcanzando los 43.204 millones de euros. Este incremento se debe a varios factores, entre los que se incluyen los efectos arancelarios y los gastos asociados a las regulaciones de emisiones de CO2, que continúan siendo un desafío significativo para los fabricantes de automóviles.

El beneficio operativo de Audi se situó en 1.555 millones de euros hasta septiembre, una baja del 25,5% en comparación con el mismo periodo en 2024. Esta disminución se ha visto influenciada por diversos gastos, incluyendo los relacionados con reestructuraciones y las provisiones para cumplir con las exigencias ambientales.

En cuanto al flujo de caja neto del grupo, este alcanzó los 2.107 millones de euros, marcando una notable caída del 44,7%. Este descenso se atribuye principalmente a la reducción en la rentabilidad y a la adquisición total de Sauber Holding, que tuvo lugar en el primer trimestre. Cabe mencionar que en el año anterior, el flujo de caja se benefició de un dividendo extraordinario.

Mirando hacia el futuro, Audi anticipa que sus ingresos para el ejercicio 2025 oscilarán entre 65.000 y 70.000 millones de euros, con un margen operativo proyectado de entre el 4% y el 6%. El grupo también espera un flujo de caja neto entre 2.500 y 3.500 millones de euros, apoyándose en la estabilidad en la provisión de semiconductores y otros componentes esenciales para su producción.

El director financiero de Audi, Jürgen Rittersberger, ha enfatizado que la empresa está tomando medidas estrictas para adaptarse a la situación económica actual y a la creciente competencia mediante un control riguroso de los costos, al tiempo que se esfuerza por mejorar su rendimiento financiero en tiempos difíciles.