
En un contexto internacional de creciente tensión, el gobierno de Corea del Sur ha manifestado la urgente necesidad de frenar el programa nuclear de Corea del Norte y ha hecho un llamado a una reunión entre Estados Unidos y el régimen de Pyongyang lo antes posible.
Un nuevo informe del ministro de Unificación surcoreano, Chung Dong Young, ha estimado que Corea del Norte posee alrededor de dos toneladas de uranio altamente enriquecido, un dato alarmante que subraya el riesgo inminente de una escalada nuclear en la región. Esta cantidad podría ser suficiente para fabricar múltiples armas nucleares, lo que aumenta la urgencia de una resolución pacífica y diplomática.
Durante una conferencia de prensa, Chung detalló que el uranio en cuestión puede estar siendo enriquecido en varias instalaciones dentro de Corea del Norte, lo que representa un peligro significativo para la seguridad regional. Afirmó que “es esencial poner fin a este programa”, enfatizando que las sanciones por sí solas no traerán los resultados deseados y que es hora de abrir canales de diálogo.
El ministro propuso que el restablecimiento de las conversaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte debe ocurrir lo más pronto posible, argumentando que ello podría facilitar la reactivación de los lazos entre Seúl y Pyongyang. “El diálogo es la única vía viable para abordar este desafío”, añadió Chung, haciendo hincapié en la necesidad de un enfoque más cooperativo que competitivo.
Además, Chung reveló que su departamento está en conversaciones con el Ministerio de Defensa sobre la posible suspensión de ejercicios militares en áreas cercanas a la frontera, en un intento por reducir las tensiones y abrir un espacio para el diálogo. Este gesto podría ser un paso hacia la restauración de un acuerdo anterior que buscaba mitigar los conflictos en la región.
Las declaraciones de Chung llegan en un momento clave, tras las recientes afirmaciones de Kim Jong Un, quien ha mostrado una disposición a dialogar con Estados Unidos, siempre y cuando se abandonen las demandas de desnuclearización. Durante su discurso en la Asamblea Suprema del Pueblo, describió las relaciones con Seúl de forma crítica, rechazando cualquier forma de negociación con el gobierno surcoreano.
Kim calificó a Corea del Sur como un “estado vasallo” de Estados Unidos y cerró la puerta a cualquier posible colaboración. Esta postura resalta la complejidad del panorama político en la península coreana, donde la tensión aún persiste desde la Guerra de Corea, que culminó en un armisticio, no en un tratado de paz oficial.
Por otro lado, el expresidente Donald Trump ha manifestado interés en mantener una reunión con Kim este año, mientras que el actual presidente surcoreano, Lee Jae Myung, ha abogado por un enfoque más conciliador desde su llegada al cargo, buscando crear un camino hacia la paz y la reconciliación en la región.
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