En la tarde del 16 de octubre, una ataque estruendoso estremeció a la sede de la Fiscalía General del Estado en Baja California, al norte de México. Este suceso, que se atribuye a un ataque con explosivos lanzados desde un dron, ha sido confirmado por la propia institución, que hasta el momento no ha reportado heridos.

Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 19:00 horas (hora local), específicamente en las instalaciones de la unidad antisecuestros en Playas de Tijuana. La fiscal, Elena Andrade Ramírez, ofreció detalles en una conferencia de prensa, señalando que varios artefactos explosivos fueron lanzados sobre el área, algunos de los cuales incluían elementos peligrosos como clavos y balines.

A raíz del ataque, se registraron daños materiales no solo en la sede de la Fiscalía, sino también en tres automóviles privados y uno oficial. La fiscal Ramírez calificó este ataque como un intento de grupos que buscan socavar la autoridad y disuadir las investigaciones del Ministerio Público en su lucha contra el crimen organizado.

Ante esta agresión, la Fiscalía reafirmó su compromiso con la justicia, asegurando que continuarán con su labor investigadora sin titubear y que se dedicará a llevar ante los tribunales a los responsables de delitos de alto impacto. En un comunicado, dejaron claro que "no se detendrán ante nada" en su misión de hacer cumplir la ley.

Este incidente también provocó que el Consulado de Estados Unidos en Tijuana emitiera un aviso a sus ciudadanos, recomendando evitar la zona mientras se aclara la situación y en previsión de la intensa presencia de las fuerzas de seguridad mexicanas en el área.