 
                                        En un informe reciente, el Bundesbank revela que la economía alemana continúa luchando en medio de un panorama incierto, marcado por la debilidad en su sector industrial y las exportaciones. A pesar de la resiliencia habitual de la mayor economía de Europa, se prevé que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) se mantenga estancado durante el tercer trimestre de 2025, describiendo esta situación como el mejor de los escenarios posibles.
El banco central de Alemania señala que los desafíos no se limitan a problemas estructurales, sino que también se ven agravados por un contexto global complicado, incluido el aumento de los aranceles impuestos por Estados Unidos. Esta combinación ha conducido a una significativa disminución en la producción industrial, las ventas y los pedidos nuevos, lo que preocupa a los economistas sobre la salud futura de este sector.
A lo largo de este periodo, el Bundesbank ha observado que la baja utilización de la capacidad industrial ha combinado esfuerzos para impulsar la inversión, mientras que el consumo privado muestra señales de crecimiento, aunque sea modestas. Por su parte, el sector de la construcción se mantiene paralizado, sin que se vislumbren indicios de una recuperación sustancial en el horizonte.
En lo que respecta a la inflación, la tasa armonizada en Alemania ha experimentado un ligero repunte, alcanzando el 2,4% en septiembre. Este aumento sugiere que los precios podrían estabilizarse en niveles similares durante los próximos meses, a medida que la economía intenta recuperar el equilibrio.
Durante el segundo trimestre de 2025, Alemania sufrió una contracción del 0,3% en su PIB, un contraste notable con el crecimiento de tres décimas registrado entre enero y marzo. A pesar de estos contratiempos, el Gobierno alemán ha ajustado ligeramente sus expectativas de crecimiento, proyectando un incremento del 0,2% para el próximo año, lo que podría significar el fin de dos años de recesión.
Las nuevas estimaciones de crecimiento de Berlín se alinean con las del Fondo Monetario Internacional (FMI), que también anticipa un 0,2% de expansión para 2025. Sin embargo, el FMI adopta un enfoque más cauteloso respecto al futuro, limitando la recuperación alemana en 2026 a un modesto 0,9%, lo que sugiere que los desafíos económicos del país aún no han sido superados.
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