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El Partido Acción y Solidaridad, proeuropeo, conquista la cima en las elecciones legislativas de Moldavia.

El Partido Acción y Solidaridad, proeuropeo, conquista la cima en las elecciones legislativas de Moldavia.

El pasado domingo, el Partido Acción y Solidaridad (PAS) de Moldavia se alzó como el claro vencedor en las elecciones legislativas celebradas en el país, logrando aproximadamente el 50% de los votos. Esta cifra lo coloca muy por delante del Bloque Electoral Patriótico (BEP), que recibió cerca del 25% del apoyo del electorado, de acuerdo con los resultados oficiales con más del 97% de las papeletas escrutadas.

Con un impresionante 49,56% de los votos, el PAS, liderado por la presidenta proeuropea Maia Sandu, asegurará 54 escaños en el Parlamento moldavo. Por su parte, el BEP, que agrupa a rusófilos, socialistas y comunistas, contará con 27 representantes tras obtener el apoyo del 24,56% de los votantes.

La coalición Alternativa se posiciona como la tercera fuerza política, logrando poco más del 8% de los sufragios y ocho escaños, seguida del prorruso Partido Nuestro, con un 6,25% y seis asientos, al igual que el Partido Político Democracia en Cas (PPDA), que también asegura seis escaños en el Parlamento.

Según la agencia moldava Moldpress, más de 1,6 millones de ciudadanos se aproximaron a las urnas, lo que se traduce en una tasa de participación superior al 52%, alrededor de un 4% más en comparación a las elecciones anticipadas de 2021. Notablemente, más de 276.000 moldavos emitieron su voto desde el extranjero en centros habilitados para tal fin.

A lo largo del día electoral, la jornada transcurrió de manera relativamente normal; sin embargo, la ONG moldava Promo-Lex reportó cerca de 200 incidentes que pusieron en entredicho la transparencia del proceso. Entre las irregularidades destacan la presencia de propaganda electoral dentro de los colegios, la violación del secreto del voto y la inadecuada ubicación de las cabinas de votación, ocurrencias que se registraron tanto en localidades moldavas como en centros en Alemania, Italia, Rumanía, Estados Unidos y Grecia.

Asimismo, la organización documentó amenazas de bomba en diez centros de votación, lo que obligó a la evacuación temporal de los electores, aunque gracias a la rápida intervención de las autoridades, la votación pudo reanudarse posteriormente.

No bien se cerraron los colegios, el expresidente Igor Dodon, uno de los líderes del BEP, llevó a cabo una protesta frente a la sede de la Comisión Electoral, expresando su inquietud sobre la supuesta falta de imparcialidad durante el proceso electoral. "Si hay falsificación, mañana no reconoceremos estos resultados y exigiremos nuevas elecciones", declaró en Chisináu, acompañado por un reducido grupo de manifestantes, mientras convocaba a su base para una movilización programada para el lunes a las 12:00 horas.

Estas elecciones son fundamentales para el futuro de Moldavia, una nación con ambiciones europeas y que enfrenta circunstancias geopolíticas complejas, exacerbadas por la guerra en Ucrania y los crecientes intentos de interferencia por parte de Rusia.

Las autoridades moldavas han denunciado de manera reiterada que Moscú estaría intentando influir en el resultado electoral mediante la financiación de campañas, compra de votos y acciones de desinformación en redes sociales, así como a través de disturbios y ciberataques.