El pasado 17 de octubre, el príncipe Andrés de Inglaterra emitió un comunicado en el que renuncia oficialmente a sus títulos nobiliarios, incluido el duque de York, poniendo fin a un vínculo que ha estado envuelto en controversias debido a su conexión con el depredador sexual condenado Jeffrey Epstein, quien ha sido objeto de graves acusaciones por abuso sexual de menores.

Andrés explicó que esta decisión se logró tras un diálogo con el rey y otros miembros de su familia, y subrayó que las alegaciones en su contra estaban desviando la atención de los deberes de la Corona. “Las constantes acusaciones contra mí son un obstáculo para el trabajo de Su Majestad y de toda la Familia Real”, declaró en el comunicado.

El duque ha manifestado que su prioridad es servir a su familia y a su nación, por lo que ya no empleará los títulos ni honores que le fueron conferidos. Además, reafirmó su inocencia al declarar que “niega rotundamente” todos los cargos vertidos en su contra.

Esta decisión se produce tras la retirada del príncipe de la vida pública en 2019, cuando decidió alejarse de los actos oficiales en medio de la tormenta mediática originada por su vínculo con el magnate estadounidense Epstein.

Jeffrey Epstein, quien fue arrestado en julio de 2019 por múltiples delitos de abuso y tráfico sexual de menores, mantuvo relaciones con figuras prominentes globales como el propio príncipe Andrés, además de Bill Clinton y Donald Trump. Su vida llegó a un trágico final en prisión, donde fue hallado muerto en circunstancias controvertidas.