En un trágico evento que ha conmocionado a Irán, el Ministerio de Relaciones Exteriores del país ha denunciado un ataque aéreo israelí que tuvo lugar el pasado domingo, dirigido al Hospital de los Mártires de Tajrish, ubicado en las afueras de Teherán. El bombardeo ha dejado un saldo devastador de 17 muertos, incluidos una mujer embarazada y varios menores, así como 46 heridos, lo que la diplomacia iraní ha calificado como un acto que podría considerarse un crimen de guerra.

El portavoz del Ministerio, Esmaeil Baqaei, expresó su indignación a través de sus redes sociales, afirmando que un misil disparado por el "régimen israelí" impactó en las cercanías del hospital, afectando a peatones y vehículos en la zona. "Este ataque, que cobró la vida de 17 personas y dejó a otras 46 heridas, representa un crimen de guerra de la manera más clara posible", destacó Baqaei en su mensaje.

En un relato conmovedor, el portavoz mencionó que entre las tragedias del ataque, se incluye la muerte de un niño de apenas tres años, quien perdió la vida debido a la explosión de una tubería de agua que causó inundaciones en el área. Las víctimas, que incluyen a una mujer embarazada y un adolescente de 16 años, han generado un eco de dolor en la sociedad iraní, evidenciando la gravedad de esta situación.

Tras visitar a los heridos en el hospital, Baqaei se refirió a los sobrevivientes de la agresión, entre ellos un veterano de guerra en coma, un joven peluquero que aguarda una cirugía de pulmón y un refugiado afgano que ha sufrido heridas en ambas manos. Este panorama de sufrimiento expone las heridas abiertas por el conflicto en la región.

Además, el portavoz también hizo referencia a otro ataque que, según él, se produjo en un hospital en el oeste de Irán, que causó daños materiales significativos, aunque los detalles sobre posibles víctimas aún no han sido confirmados. Este supuesto ataque refuerza la sensación de incertidumbre y peligro que envuelve al país en este delicado momento.