El 15 de octubre en Madrid, se ha dado a conocer que el acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel ha traído consigo una pausa en los combates en términos generales. Sin embargo, Nadia Eid, una trabajadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) que se encuentra en la Franja de Gaza, ha enfatizado que el enclave continúa siendo "una montaña de escombros" y que la posibilidad de una "vida normal" sigue siendo un sueño distante.

Eid, quien desempeña un papel vital en la coordinación médica de la ONG en la región, ha presenciado de primera mano el "nivel de destrucción" ocasionado por más de dos años de bombardeos continuos por parte de las fuerzas israelíes. En declaraciones divulgadas por MSF, ha expresado su profunda tristeza al señalar que "las vidas que alguna vez disfrutamos no volverán, al menos no en el horizonte inmediato".

La trabajadora humanitaria ha subrayado que miles de personas aún se ven obligadas a sobrevivir "en condiciones inhumanas", alojados en tiendas de campaña y sin acceso a lo más elemental, mientras lidian con un sistema sanitario que está "prácticamente colapsado". "Cada día, en nuestros centros de salud, atendemos a cientos de pacientes, pero nuestra capacidad es insuficiente para cubrir todas sus necesidades", ha lamentado.

Eid advierte que, aunque se haya firmado el alto el fuego, "este sufrimiento perdurará", ya que muchas personas enfrentan las secuelas físicas y psicológicas de la guerra, y los que han perdido a sus seres queridos carecen del "privilegio de poder llorarlos".

A nivel personal, Nadia Eid menciona que su mayor temor es la incertidumbre: la continua falta de conocimiento sobre lo que vendrá, alimentada por un "profundo miedo" a que la guerra pueda reanudarse en cualquier momento. Sueña con que este alto el fuego se mantenga y que se pueda llegar, por fin, a un "verdadero final" de esta trágica situación.