En una trágica sucesión de eventos, un policía nacional de 56 años, en baja psicológica, ha perdido la vida tras ser herido de bala por resistirse a su detención en una gasolinera de Villagonzalo Pedernales, Burgos. Todo comenzó cuando el agente sustrajo un arma de otro compañero en una comisaría de Galicia, aprovechando el momento en que fue a los vestuarios donde estaba su taquilla. Al descubrir la sustracción, se activó un dispositivo para localizarlo, interceptándolo la Guardia Civil y la Policía Nacional de Burgos en la carretera A-231, momento en que disparó a los agentes y continuó su huida hasta la gasolinera donde se produjo un segundo tiroteo que acabó con su vida.

El agente había sido retirado del servicio después de que se iniciara una investigación de Asuntos Internos y se le hubiera retirado el arma. Además, estaba de baja psicológica desde el día anterior y se encontraba en segunda actividad por insuficiencia de aptitudes psicofísicas. A pesar de su situación, acudió a la comisaría gallega en la que estaba destinado hasta su baja para hacer un trámite administrativo relacionado con su empleo.

Según la Delegación del Gobierno en Castilla y León, el hombre hizo caso omiso a las órdenes de los agentes para que depusiera su actitud, disparando contra ellos y provocando un enfrentamiento que acabó trágicamente. Aunque varios vehículos oficiales resultaron dañados, ningún agente sufrió lesiones en el enfrentamiento.