Aldama afirma ante el Tribunal Supremo que Ábalos realizó pagos en efectivo por un local en Valencia.
En un giro inesperado dentro del escándalo conocido como el 'caso Koldo', Víctor de Aldama, empresario acusado de ser el intermediario, ha revelado al Tribunal Supremo que el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, efectuó pagos en efectivo relacionados con la compra de un local comercial en Valencia durante la crisis sanitaria.
De acuerdo con documentación a la que ha accedido Europa Press, De Aldama ha presentado informes elaborados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que evidencian un ingreso de 50.000 euros registrado en la cuenta conjunta del matrimonio de Ábalos y su esposa, Carolina Perles, además de la emisión de dos cheques por un total de 77.215 euros, dirigidos a la empresa Metalúrgica de Cerrajera del Mediterráneo.
La UCO ha vinculado estos movimientos monetarios con la compra del mencionado local, que se realizó por un monto de 90.000 euros el 8 de julio de 2020. Sin embargo, la investigación reveló que un ordenador portátil incautado en la residencia de De Aldama contenía un contrato original datado el 23 de marzo de 2020 por un precio total de 110.000 euros.
Ante esta situación, los agentes de la Guardia Civil inferieron que los cheques inicialmente mencionados podían corresponder a parte del pago de los 90.000 euros, aunque en lo que respecta a los 20.000 euros restantes, no se han encontrado registros claros en las cuentas de Ábalos que pudieran confirmar su pago, lo que deja en interrogante las circunstancias de la transacción.
En su más reciente declaración, De Aldama se ofrece a colaborar con la investigación al aclarar que la discrepancia en el precio se debió a una modificación del "contrato original". Esta enmienda, realizada el 4 de abril de 2020, ajustó el costo de la propiedad de 110.000 a 90.000 euros, según lo indicado en la escritura pública de compra del 8 de julio.
El empresario ha presentado al Supremo tanto el contrato modificado como un correo electrónico de una trabajadora, que menciona: "Jefe. Ahí está el contrato. He cambiado otra cosa respecto al original. Si quieres, te cuento cuando lo leas".
Por su parte, la defensa de De Aldama argumenta que estos documentos no solo confirman su implicación en la elaboración de las diversas versiones del contrato, aunque formalmente no participara en la transacción, sino que también clarifican que la razón detrás de la modificación fue ocultar los pagos en efectivo al vendedor, lo que sugiere que el precio real de la compra podría haber sido significativamente mayor.
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