
En Bangladesh, las últimas protestas han cobrado la vida de al menos 100 personas desde el comienzo de la semana, con la mitad de estos fallecimientos ocurriendo en las últimas 24 horas. Estos disturbios tienen su origen en la polémica restauración del sistema de cuotas para funcionarios que ha desencadenado una ola de violencia en el país.
La primera ministra de Bangladesh ha suspendido su gira por España y Brasil debido a la situación de crisis que enfrenta el país, que ha llevado a la intervención de los militares en las calles. Mientras tanto, la oposición denuncia estos actos como "crímenes contra la Humanidad".
Las manifestaciones que han sacudido Bangladesh en las últimas semanas tienen como principal punto de conflicto la reinstauración de un sistema de cuotas que otorga un 30% de las plazas de funcionarios a los descendientes de los combatientes de la guerra de independencia. Esta medida, impulsada por la primera ministra Sheij Hasina y su partido Liga Awami, ha sido duramente criticada por grupos estudiantiles que la ven como un acto discriminatorio.
Activistas como Nahid Islam, uno de los líderes de las protestas contra las cuotas de funcionarios, ha sido detenido durante el toque de queda implementado para contener la crisis. Se han reportado cortes casi totales de telecomunicaciones y hackeo de páginas web institucionales, generando un ambiente de tensión en el país.
El Gobierno y activistas han intentado dialogar para desactivar la situación, con propuestas de reforma que buscan poner fin a las movilizaciones. Sin embargo, la violencia ha escalado y el país se encuentra sumido en una profunda crisis.
En medio de este panorama, la primera ministra ha sido acusada de usar las cuotas de funcionarios para favorecer a sus simpatizantes políticos, lo que ha desatado una ola de críticas contra su gestión. Mientras tanto, el ministro de Justicia del país ha señalado a grupos opositores como responsables de los disturbios, buscando desviar la atención de las protestas legítimas.
Los llamados a la solidaridad por parte de la oposición y la comunidad internacional han resonado en medio de la crisis, con acusaciones de "crímenes contra la Humanidad" por parte de los manifestantes y un clima de tensión que parece lejos de disiparse. La situación en Bangladesh continúa tensa, con un saldo de víctimas que sigue en aumento y un futuro incierto para el país.
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