24h España.

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El Gobierno de Francia se mantiene firme tras el respaldo de los socialistas en las mociones de censura.

El Gobierno de Francia se mantiene firme tras el respaldo de los socialistas en las mociones de censura.

En un giro inesperado pero esperado en la política francesa, el Gobierno de Sébastian Lecornu ha logrado salir a flote tras enfrentar dos mociones de censura que amenazaban su estabilidad. Este jueves, el primer ministro se quedó a un suspiro de verse obligado a dimitir, pero, gracias a la decisión polémica del Partido Socialista, pudo continuar en el cargo, aunque con un respaldo cuestionable.

La primera moción, impulsada por el movimiento La Francia Insumisa (LFI), recibió 271 votos a favor, insuficientes para alcanzar el umbral de 289 necesario para derribar al Ejecutivo. En un giro intrigante, la ultraderechista Agrupación Nacional se unió a la causa de la izquierda en este intento por provocar la caída del gobierno, mostrando una convergencia sorprendente entre dos fuerzas políticas aparentemente opuestas.

En la segunda votación, la situación cambió drásticamente: solo 144 parlamentarios votaron a favor, reflejando una falta de unidad entre los opositores a Lecornu, ya que la izquierda decidió no participar en este segundo esfuerzo para destituir al gabinete.

Antes de que se llevaran a cabo las votaciones, Lecornu realizó un alegato que contrastó el “orden republicano” con el “desorden”, pidiendo un lapso de confianza mínimo para poder trabajar. Además, lanzó un mensaje directo a la oposición, advirtiéndoles que el tiempo para hacer campaña electoral llegará, pero que ahora es crucial alcanzar consensos para aprobar los presupuestos generales antes de que finalice el año.

No obstante, en las filas de la Agrupación Nacional, su líder, Marine Le Pen, expresó su creciente frustración por la ausencia de elecciones inminentes y criticó a los aliados del presidente Macron por intentar postergar los procesos democráticos. Desde la tribuna, Le Pen pronunció unas palabras que resonaron con fuerza: “Volveréis, con la cabeza gacha y el rostro abatido, con la vergüenza de quienes sólo ganaron tiempo”.

Por su parte, los socialistas, que habían acordado ofrecer un mínimo de apoyo a Lecornu debido a su promesa de retrasar la reforma de pensiones, reafirmaron su postura. Olivier Faure, líder del partido, hizo hincapié en que no respaldarán ninguna moción de censura siempre y cuando se respete el Parlamento. Sin embargo, advirtió que si no se cumplen las condiciones, especialmente en relación con las pensiones, su apoyo podría convertirse en una censura inmediata.

A pesar de esta línea oficial, hubo descontento interno: siete miembros del Partido Socialista votaron a favor de la primera moción de censura, evidenciando las divisiones que existen dentro de la formación. Mathilde Panot, portavoz de LFI, no tardó en criticar la decisión de su antiguo aliado, acusando a la cúpula del PS de traicionar a principios fundamentales y llamando a los diputados a romper con la dirección actual que los alinea con el Gobierno de Macron.