En Madrid, el 20 de octubre, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado a conocer los últimos datos del Índice de Garantía de Competitividad (IGC), revelando que en agosto la tasa interanual se situó en un preocupante -0,56%. Aunque este número representa una ligera mejora respecto al -0,77% de julio, refleja una tendencia a la baja que se ha mantenido desde hace casi un año.

Este informe resalta que el IGC ha experimentado un descenso continuo durante ocho meses consecutivos. Desde que comenzó el año, la situación se ha ido deteriorando: en enero el índice marcó -0,31%, seguido de -0,57% en febrero, -0,72% en marzo, -0,73% en abril, -1,05% en mayo, y un breve repunte en junio a 1,14% antes de caer nuevamente a -0,77% en julio.

El objetivo del IGC es establecer un parámetro para la revisión de precios que ayude a España a recuperar su competitividad frente a otros países de la zona euro. Este índice se calcula restando la pérdida de competitividad acumulada desde 1999 del Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

Cuando el IGC cae por debajo de cero, se adopta este valor como referencia, lo que implica que no se procederá a la revisión de los precios. Por otro lado, si el índice supera la meta de inflación anual del Banco Central Europeo, fijada en el 2%, se considera también para la revisión de precios. Este mecanismo pretende asegurar que los contratos a los que se aplica este índice mantengan la competitividad de la economía española en el mediano plazo.

Comenzando el año 2024, el IGC tenía un valor del 0,17%, pero pronto se volvió negativo, con solo dos periodos en territorio positivo, uno en julio y otro en diciembre. El índice alcanzó su punto más bajo en septiembre (-0,45%), y en el inicio de 2025 se revirtió hacia tasas negativas, continuando la caída durante los ocho primeros meses del año.