Israel denuncia a la FINUL por la caída intencional de un dron y desmiente ataque contra tropas de paz en Líbano.
La situación en el sur de Líbano se ha intensificado recientemente, con el Ejército de Israel acusando a la Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINUL) de haber derribado intencionadamente un dron israelí. Esta alegación se presenta en un contexto de creciente tensión entre Israel y el grupo armado Hezbolá, lo que complica aún más la estabilidad en la región.
Según un comunicado emitido por el portavoz del Ejército israelí, Avichai Adrai, el dron estaba involucrado en una operación rutinaria de inteligencia cuando fue derribado en la localidad de Kfar Kila. Adrai argumenta que la FINUL actuó de manera agresiva y deliberada, disparando contra un objeto que, según él, no representaba un peligro para la seguridad de la zona.
Tras el incidente, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que lanzaron una granada de mano en la misma área, aunque negaron haber disparado directamente contra los cascos azules de la ONU. A pesar de esta afirmación, la FINUL reportó que fueron objeto de fuego tras el derribo del dron, resaltando un segundo incidente con un dron que se acercó a una de sus patrullas, supuestamente lanzando una granada antes de que un tanque israelí abriera fuego.
El comunicado de la misión de la ONU subrayó la gravedad de estos eventos, indicando que las acciones del Ejército israelí no solo desafían a la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad, sino que también ponen en riesgo la seguridad de sus efectivos. Su negativa a aceptar los términos del alto el fuego se ve evidenciada por la insistencia de mantener una presencia militar en el territorio libanés, lo que ha provocado una condena por parte de las autoridades de Líbano y de Hezbolá.
A pesar del alto el fuego alcanzado en noviembre de 2024, posterior a meses de enfrentamientos que se desencadenaron tras ataques el 7 de octubre de 2023, Israel ha continuado llevando a cabo acciones militares en suelo libanés, justificándolas como parte de una estrategia contra las actividades de Hezbolá. Esto ha llevado a un deterioro de las relaciones entre los naciones involucradas y ha suscitado las críticas de la comunidad internacional.
La presencia de alrededor de 11,000 tropas internacionales en la región, incluyendo cerca de 700 soldados españoles, refuerza la necesidad urgente de un diálogo constructivo para mitigar la violencia y restaurar la paz en una zona marcada por la desconfianza y las hostilidades prolongadas. La situación es un recordatorio de los retos persistentes para lograr una solución duradera en Oriente Medio.
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