Jafar Panahi recuerda la despectiva sonrisa de Trump al afirmar que Gaza no es un lugar adecuado para vivir.
El director iraní Jafar Panahi, quien sigue encarcelado en su país, ha presentado su nueva obra 'Un Simple Accidente' en el Festival de San Sebastián. Este film, que obtuvo la Palma de Oro en Cannes, no solo relata sus experiencias personales en prisión, sino que también refleja las vivencias de otros prisioneros que han compartido con él sus historias durante su cautiverio.
En una conversación reciente, Panahi evocó la insensibilidad del ex presidente Donald Trump, al recordar su comentario sobre Gaza y la forma en que cuestionó por qué la gente seguía viviendo allí. Para el cineasta, esa actitud es sinónimo de la desconexión que existe entre el poder y el sufrimiento humano. “Esa es la mayor insensibilidad de la humanidad”, afirmó, visibilizando la situación desgarradora de quienes viven en zonas de conflicto.
El cineasta indignado afirmó que lo que ocurre en Gaza constituye un “genocidio” que debería conmover a toda la humanidad, subrayando que los que tienen una conciencia social no pueden permanecer indiferentes ante estas atrocidades. Su presencia en San Sebastián, donde presentó su película, también representó un grito de solidaridad con quienes sufren en su tierra natal.
'Un Simple Accidente' aborda el temor que se vive en Irán bajo el régimen actual, centrándose en el dilema moral de las víctimas que enfrentan a sus torturadores. “Es una obra de resistencia pacífica. No se trata de un acto de protesta, sino de plantear preguntas sobre cómo podemos avanzar después de años de opresión y falta de libertad”, enfatizó Panahi sobre su enfoque cinematográfico.
Después de haber cumplido siete meses de una condena de seis años por su crítica al gobierno, el director revela que su creación cinematográfica es también una plataforma para dar voz a otros prisioneros cuyas historias necesitan ser contadas. “Esta película es un tributo a las experiencias compartidas”, indicó Panahi.
No es la primera vez que el director enfrenta la represión; en 2010, fue sentenciado a la misma pena por apoyar a manifestantes. Aunque logró salir bajo fianza, su libertad creativa se vio severamente limitada, lo que lo obligó a permanecer al margen de los festivales internacionales hasta este año.
Pese a su situación, Panahi regresó a Irán tras el festival de Cannes, donde fue recibido calurosamente por amigos y familiares. Su resiliencia lo llevó a continuar trabajando, incluso enfrentándose a la amenaza de la policía durante la filmación de su última obra, que se vio interrumpida por un interrogatorio a su equipo que, afortunadamente, no resultó en consecuencias fatales.
A pesar de las restricciones, el cineasta lamenta que su obra no sea accesible en Irán, salvo su primer filme, 'Globo Blanco'. Ante esta prohibición gubernamental, muchos seguidores han encontrado maneras de acceder a sus películas a través de Internet y otros medios alternativos.
Finalmente, Panahi destaca la función vital del cine como testigo de la realidad social y política, especialmente en contextos de represión. “El cine refleja la resistencia del pueblo y se convierte en un cronista de la historia, incluso si a veces se produce años después de los eventos retratados”, concluyó, reafirmando su compromiso con una práctica cinematográfica que lucha por la verdad y la justicia.
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